Hinata – Metal Owl

Mientras Naruto se encontraba ocupado enterrado bajo una montaña de burocracia, su esposa Hinata pasaba cada vez más tiempo sola. Dado que este se había dedicado enteramente a su trabajo, su mujer no tuvo más remedio que acudir a uno de los viejos amigos y aliados de la aldea, el líder de la aldea oculta entre el rayo en busca de compañía.

Al cabo de un tiempo, la tímida esposa Naruto se fue abriendo más y más al líder de la aldea del rayo. No pasó mucho tiempo antes de que empezaran a verse a escondidas en busca de algo más que simples consejos y conversaciones triviales.

Un día, el viejo se encontró con Hinata nuevamente, ansioso por saborear lo que el delicioso cuerpo de la esposa de Naruto tenía para ofrecer. Al llegar al lugar, este no pudo contener una erección tan pronto como fijó sus ojos en sus enormes pechos y despampanante figura escultural de la chica.

Las sucias palabras que le susurraba el viejo a Hinata parecían tener efecto, al ver como ella se ruborizaba y perdía su timidez. Se sentía halagada al ver que alguien por fin deseaba fervientemente su cuerpo. Al notar la enorme erección del viejo, esta no pudo evitar que se le hiciera agua la boca, llegando a imaginarse hasta dónde podía llegar semejante monstruo si se adentrara en su interior.

Ya en la habitación y habiéndose despojado de toda su ropa, el viejo le daba indicaciones a sobre cómo mejorar su técnica al besar. Le señalaba que debía usar más su lengua, a medida que se daban un apasionado beso francés.

Bien, eres mucho mejor que antes Los dos intercambiaban saliva intensamente, haciendo ruidos lascivos, mientras la chica se recostaba sobre el enorme y macizo pene del viejo.

¡Es tan grande como siempre! Exclamó Hinata al contemplar tal ejemplar de cerca, memorizando cada centímetro de su grueso y venoso compañero. No era para menos, ya que este tan grande como uno de sus brazos. Sus enormes tetas parecían minúsculas en comparación.

Ahora no puedo esperar más, dijo el viejo. Seguido de un Muy bien, acuéstate ahí. La mujer se encontraba totalmente desnuda, con la cabeza en el borde de la cama, su coño a plena vista y sus gigantescas tetas colgando suavemente. Pronto esbozó una sonrisa traviesa, contemplando el imponente miembro de su pareja en el crimen.

A continuación, reclinó su cabeza hacia atrás y se preparó para recibir el gigantesco pene en lo profundo de su garganta, acariciando la punta con su delicada lengua.

¡Joder! ¡Tu boca es como un coño! ¡Malditamente asombroso! Gritó el viejo al empujar ferozmente su descomunal y venosa polla en el esófago de la esposa de su amigo, amoldándola a su forma como si de un coño se tratase.

El cuerpo de Hinata se estremecía de placer, alcanzando orgasmo tras orgasmo mientras se atragantaba con el masivo pene del viejo. Tanto es así que pronto su apretado coño empezó a chorrear, ansiando el momento en el que fuera embestido por la gigantesca polla del viejo.

El viejo también había alcanzado el clímax y ya no podía contenerse más. Su pene de caballo dejó salir una cantidad significativa de semen caliente, a lo que exclamó: ¡Me vengo!, ¡Trágalo todo!.

Los descomunales testículos del viejo ocultaban la mayor parte de la cara de la hermosa chica, quien ahora no solo se ahogaba de placer, sino también de leche fresca. El espeso líquido chorreaba a borbotones de su boca, pintando por completo su rostro de color blanco. Todo esto mientras ella dejaba salir una expresión lasciva, procedente del placer extremo que no había sentido en mucho tiempo.

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