Drujia es un demonio que se alimenta de la energía vital de los hombres, para ello debe consumimir su semen y saciar su intensa hambre. Pero claro, para ello necesita poseer un cuerpo humano, ya que en su forma de demonio no puede hacerlo. Su energía para permanecer en este plano se estaba agotando, así que necesitaba encontrar a una mujer para poseerla urgentemente.

Justamente en ese momento Nancy, una enfermera inconforme con su trabajo, pasa frente a ella. Esta chica treintañera y sexy parecía ser la candidata ideal para que Drujia buscara su próxima víctima. Por eso no se lo pensó mucho antes de poseerla y tomar el control de su cuerpo y pensamientos. Nancy comenzó a sentirse extraña, inmediatamente sintió el enorme impulso de tener sexo.

Después de pasar 2 años sin tener sexo después de haberse divorciado, Nancy no había tenído el líbido tan alto. No entendía porqué ahora se estaba sintiendo de esa manera. Solo sabía que era momento de ir a bañar a uno de los viejos que cuidaba, y estaba pensando hacer más que bañarlo…

Cuando entró a la habitación del viejo Sam; le demandó que se desnudara para poder ducharle. El hombre que doblaba su edad se sentía intimidado ante la demandante actitud de la enfermera. Sam era un hombre que se ponía nervioso en presencia de mujeres, y no se sentía cómodo con la idea de desnudarse ante una jovencita.

Nancy no entiende porqué tiene tantas ganas de verlo desnudo, pero en cuanto ve su enorme polla afuera; su calentura aumenta. Jamás había visto una polla tan grande, y no podía creer que un señor mayor la estuviera poniendo tan cachonda. Mientras tanto Sam se siente avergonzado de que la chica lo esté observando.

No quiere tener una erección, pero inmediatamente su polla se pone dura como una roca cuando Nancy comienza a sacarse la ropa. Ella nunca había sido tan atrevida, pero Drujia ha tomado todo el control de su mente y ha desatado sus impulsos sexuales. Por eso no se resiste cuando la lleva a lavar al viejito con la esponja. Frotándola tentadoramente por su espalda baja mientras pegaba sus tetas para provocarlo.

Mientras frota todo su cuerpo con la esponja, Nancy siente el aumento de los latidos de Sam. Él está muy nervioso porque no quiere que ella vea su erección y se incomode. Nancy le pide que se dé vuelta para enjabonarlo por delante. En esa posición aprovecha para frotar su vagina con la erección del viejito. Él no puede creer lo que está sucediendo; jamás se imaginó un coño de una jovencita frotarse con su polla.

Drujia siente la calentura de ambos y se siente aún más sedienta por comerse esa polla. Por eso acelera el proceso y toma la polla de Sam para comenzar a masturbarlo. Él todavía se muestra tímido, así que ella decide agarrarle la mano y llevarla hasta sus tetas. El viejito acaricia y apretuja sus suaves pechos, para luego hundir su cara en ellos y disfrutar de lo enormes que son.

Para este punto ya el viejito está demasiado cachondo como para contenerse, así qeu dócilmente deja que ella le comience a comer la polla. Se la chupa y lame como nunca antes se lo habían hecho. Sin duda alguna estaba teniendo la mejor mamada de su vida. Y Nancy también lo estaba disfrutando. Por eso intentaba tragársela entera a pesar de que era muy grande para su pequeña boca.

Sam se siente tan bien que empuja la cabeza de Nancy para que se coma toda su polla, pero ella se echa hacia atrás rechazando el gesto. Drujia se emociona al ver que el viejo ya está muy cerca de querer correrse. Nancy lo pajea con sus tetas y lo vuelve loco; ya no puede contenerlo más y quiere acabar. Pero ella no lo deja, así que le aprieta la polla.

Drujia no puede creer lo que ha hecho. Ha tomado el control de su cuerpo y ha arruinado su comida. Al parecer toda la perversión y lujuría contenida de Nancy se ha desatado y ni siquiera una demonia poderosa como Drujia puede controlarla. Ahora que Nancy ha tomado el control, quiere tenerlo todo a su disposición. Por eso se pone en cuatro para que el viejo le coma todo su coño.

La demonia no puede creer que esté a merced de los deseos de una simple mortal, ni mucho menos que esté gozando tanto con el oral de un vejete. Cuando Nancy siente que está por correrse, comienza a pedirle a Sam que la folle; está desesperada por sentir su polla muy dentro de ella.

El viejito no se lo piensa dos veces y se la empieza a meter estando en cuatro. La empotra como nunca, sorprendiéndola con toda la energía que tenía. Después de dejar que el viejo Sam se la follara como nunca y le rompiera el coño con su brutal y enorme polla, Nancy decide retomar el control y subirse ella.

Lo monta fuertemente y salta sobre su polla para sentirla aún más profundo dentro de ella. No puede evitar correrse a mares ante el inmenso placer, y con ella también se corrió la demonia Drujia. Ambas habían disfrutado mucho con esa follada descomunal. Pero había un problema, la demonia aún tenía hambre porque no se había tragado el semen del vejete. Por el contrario, el viejo se había corrido dentro del coño de la enfermera.

Cuando Drujia deja el cuerpo de Nancy y ésta recobra el control total de sus pensamientos, rápidamente se cabrea con el viejito y le reclama el haberse aprovechado de ella. Obviamente el viejo Sam se va corriendo y asustado por el cambio radical de la enfermera.

Unos días después, la enfermera regresa a por más. Después de todo, le había encantado la experiencia de follar duro con un madurito. Pero cuando llega a buscarlo, se encuentra con la sorpresa de que le han dado de alta. El viejito Sam ahora se irá a casa con su familia, y puede que ahora reciba los cuidados especiales de su muy querida nieta.