Takeda-Kun era uno de los mejores empleados de la empresa. Por eso, Takizawa-San estaba bastante sorprendida, cuando él le confiesa que no podía concentrarse en el trabajo por la distracción que le causaban sus grandes tetas. Un problema que el resto de hombres de la oficina sufría.

Takizawa-San estaba bastante avergonzada, siempre había temido que su escote podría causar una impresión, así que le pregunta a su empleado como podría resolverlo. El bromea diciendo que podría empezar dejando que las tocara, aunque ella se lo toma en serio y decide llevarlo a un lugar más privado.

En la sal de escobas, Takeda-Kun comienza a manosear los senos de su jefa sobre su ropa, jugueteando con el tacto tan suave que poseían. Ella disfrutaba del manoseo, ya que nunca la habían tocado así. En ese momento se da cuenta que ella no dejaría que cualquiera jugará con sus senos así, y lo permitía con su compañero porque Takeda-Kun era alguien especial.

Ante esto, ella decide quitarse la chaqueta para que Takeda-Kun pueda tocar sus senos sobre su sostén. Emocionado, el chico empieza a tomarlos y moverlos, acariciando los puntos débiles de sus senos, excitando a su jefa cada vez más, hasta que termina de enseñar sus tetas totalmente desnudo.

La sangre sale por la nariz del joven por la excitación. Empieza de nuevo a tocar los grandes senos de Takizawa-San, aunque esta vez no resiste y con su lengua los comienza a chupar, jugueteando con sus pezones hasta ponerlos bastante duros.

Ella lo aleja, ya que no estaba preparado para eso, aunque al hacer esto nota que su compañero tenía una dura erección en su pantalón. La mujer estaba volviéndose loca por lo caliente que estaba, por lo que se arrodilla para desabrocharle el pantalón.

Dando gracias por la comida, Takizawa-San le empieza a chuparle la polla, haciendo una garganta profunda con la que disfruta su sabor hasta que finalmente termina recibiendo una fuerte corrida en su boca. El semen de Takeda-Kun era bastante amargo, así que Takizawa-San no pudo evitar escupirlo.

Sin embargo, Takizawa-San todavía quería disfrutar con su compañero, así que empieza a besarlo apasionadamente mientras lo pajea. Logrando que el chico se corriera una segunda vez en su mano. Takeda-Kun estaba viviendo una fantasía con su hermosa jefa.

La mujer corporativa procede a romper su propias bragas para exponer su vagina caliente, y rápidamente se sienta sobre el miembro del chico. Ya no había límite, ambos estaban teniendo sexo salvaje en su lugar de trabajo.

Takizawa-San era virgen, pero lograba cabalgar la inmensa polla de Takeda-Kun como una maestra, hasta que una tercera carga es liberada en el interior de su útero. Podría quedar embarazada de su compañero, más solo le importaba seguir divirtiéndose con su empleado.

Por lo cual, ella empieza a utilizar sus grandes tetas para pajear la polla de Takeda-Kun que seguía tan dura y con sus venas latentes como si nada, saboreando su sabor. Después de unos segundos, ambos corporativos, sin ninguna prenda que los cubriera ya, vuelven a unir sus cuerpos en uno solo.