Bart no para de hacer travesuras en la escuela, y generalmente se sale con la suya. Pero la gota que colma el vaso es cuando el pequeño le juega una broma al superintendente Chalmers. Por eso al director Skinner no le queda más remedio que expulsarlo de la escuela, incluso cuando Bart intenta excusarse en que la broma era para el director, y no para el superintendente.

Marge no quiere permitir que expulsen a su hijo, así que le pide al chico que la espere afuera mientras ella regresa a la oficina del director para intentar convencerlo. Bart escucha como su madre grita dentro de la oficina, ella realmente necesita que su hijo siga en la escuela ya que no puede tenerlo todos los días en casa haciendo travesuras. Pero Skinner insiste en que en esta ocasión está fuera de su control la decisión de expulsar a Bart.

Marge le dice que hará lo que sea con tal de lograr que Bart siga en la escuela, y a Skinner le pica la curiosidad saber qué tipo de cosas estaría dispuesta a hacer… Justo en ese momento Lisa entra a la oficina sin siquiera haber tocado la puerta y le dice que tiene algo muy importante que decirle. Ella le dice al directos que no puede expulsar a su hermano porque sería condenar a su madre. Mientras tanto, su madre está bajo el escritorio chupándole la polla al director.

Skinner le dice a Lisa que esa decisión la están reconsiderando, y ella se alegra al ver que ha podido convencer al director. Él le pide que salga de su oficina, ya que tiene que terminar un asunto importante. Lisa se preocupa, ya que lo ve un poco agitado y actuando extraño, pero en cuanto él suelta un fuerte gemido; ella se asusta y sale corriendo del lugar.

Fuera del colegio, Lisa le dice a Bart que al parecer lo perdonarán; algo que realmente él ya se esperaba, ya que siempre se sale con la suya. Pero él piensa que Lisa ha espiado a su madre con el director hablando. Pero cuando ella le cuenta que ella misma habló con él y no encontró a su mamá allí, Bart sospecha que algo raro ha pasado. Justo cuando va a buscar a Marge, ella sale del instituto diciéndole a ambos que no quiere que emitan ningún snido y vayan en silencio a casa.

En el trayecto Marge va pensando en lo imbécil que es el señor Skinner, es un asqueroso que se aprovechó de su desesperación y ni siquiera resolvió su problema. Esperó a correrse en su boca para poder decirle que no le podrá asegurar la readmisión de Bart. Ella se siente sucia y utilizada, al final su sacrificio no ha valido para nada. Por otra parte, Skinner se encuentra pensando en cómo podrá cumplir con su palabra y hacer lo que Marge le ha pedido.

Primero lo intenta por las buenas, y para eso llama al señor Chalmers de la posibilidad de readmitir a Bart. Pero Chalmers ha sido muy contundente en su decisión de expulsarlo, por lo que dice que si lo vuelve a ver en la escuela, los echará a los dos a patada. Así que le toca optar por su plan B, que sería irse por las malas. Y eso es mostrarle al superintendente el caliente calendario de Marge para comentarle que la mujer ha ofrecido hacer lo que sea con tal de solucionar su problema.

Esto sí despierta la curiosidad de Chalmers, que ahora quiere explorar los límites de una madre desesperada. En ese momento Marge recibe un mensaje de Skinner, donde le comenta que puede haber una situación a su problema. Solo que para ello deberá acostarse con él y llevarse puesto el mismo atuendo que usó en su viejo calendario. Ella no puede creer que esté a punto de hacer eso, quizá sea ir demasiado lejos… Pero a la vez considera que es mucho mejor hacerlo, a tener que aguantar a Bart en casa todos los días. Al final parece ser lo más razonable, y en cierto modo ella ya se esperaba eso cuando dijo que estaba dispuesta a hacer lo que sea.

Ya a la 1 am, cuando Homero está profundamente dormido, Marge aprovecha de agarrar las llaves del carro e irse hasta la escuela. Cuando pasa por el bar de Moe, él se sorprende al ver a Marge conducir a tan altas horas de las noches. Sospecha que algo anda mal, así que toma un taxi y le pide que siga a la camioneta color naranja.

Cuando Marge llega a la escuela, va directamente hasta la oficina de Skinner. Allí se quita la bata y deja al descubierto su sexy lencería, dejándolo completamente boquiabierto con su hermosura. No cabe duda que es la mujer más caliente de todo Springfield, pero ella no quiere sus cumplidos, solo desea acabar ya con esa tortura. Y por eso no pierde más el tiempo, y le hace saber al director cuáles son sus condiciones.

Por ningún motivo quiere que él la toque, ni mucho menos quiere que la bese o tenga gestos cariñosos. Ella hará todo y en cuanto él se corra, todo habrá acabado y no volverá a chantajearla con eso. Además aclara que Bart además de ser readmitido, no volverá a ser expulsado ni reprobado. Una vez deja esos puntos claros, ella le lanza un condón y le dice que no se la volverá a chupar.

Cuando ya se ha colocado el condón, ella se sube sobre su polla y le recuerda no olvidar las reglas que ha impuesto. Marge comienza a subir y bajar, sintiendo algo de dolor por lo grande que es la polla del director. Pero poco a poco los líquidos de su coño la lubrican y logran que su polla entre más fácilmente. Skinner debe tratar de no correrse muy pronto para evitar que Marge se vaya, pero ella cada vez se mueve más rico porque quiere que acabe rápido.

Mientras tanto, en la carretera, Chalmers va conduciendo muy rápido en dirección a la escuela y le pasa por un lado al taxi donde va Moe. El taxista le dice que se trata de Chalmers e inmediatamente Moe tiene un mal presentimiento. Por lo mismo su instinto le dice que lo siga, y eso hace.

Por su parte, Skinner intenta pensar cosas feas para evitar correrse mientras Marge cabalga su polla. Él está sintiendo un placer inmenso, por lo que no puede evitar agarrarle su trasero y meter un poco su dedo en su culo. Marge le reclama el que no esté cumpliendo con la regla de no tocarla, él le pide perdón pero no deja de hacerlo.

Él sigue tratando de pensar cosas que eviten que se corra pronto, ya que de lo contrario podrían despedirlo. Marge comienza a pensar que quizá subestimó la resistencia del hombre, ya que ni se imagina lo que está por venirse… Chalmers ha llegado a la escuela, y espera que Skinner ya tenga todo preparado para él. Moe también ha llegado a la escuela, y se da cuenta que ambos carros están en el estacionamiento, así que se baja allí.

Marge decide acabar con todo y se baja el escote de su vestidito para ver si Skinner puede resistirse a ver sus grandes tetas al descubierto. Aumenta la velocidad de sus saltos y le pide que se corra dentro de su coño. Mientras ella le pide que se lo dé todo, el hombre ya no puede contenerse más y se corre fuertemente. Justo a tiempo, porque en ese momento llega Chalmers. Él les dice que le gustaría unirse a su fiesta; Marge está completamente impresionada con lo que está ocurriendo.

En definitiva eso no era parte del trato, pero Chalmers insiste en que él forma parte del problema tanto como ellos. Él le asegura que la apoyará con su asunto, pero antes deberían negociar bien y eso sería un precio justo. Así que se quita la bata y se hunta un poco de lubricante en su polla, para proceder a introducirla en su culo. Marge pega un gran grito al sentir la polla en su culo, ahora los dos la están penetrando fuertemente, y de alguna manera u otra ella lo está disfrutando.

Ni se imagina que afuera Moe los está observando desde la ventana. Y aunque en un principio él intenta buscarle una explicación razonable a lo que ve, luego piensa que en lugar de buscar justificarlo, debería sacarle ventaja. Así que mientras Marge es doblemente penetrada y gime como una perra, Moe lo graba todo.

Luego Marge se come ambas pollas, gozando de tener dos penes en su boca. Ambos están por correrse, y Moe mira lo profesional que es la señora Simpson para comer pollas. Ella queda bañada en leche por los dos. En medio de los escandalosos gemidos, Willie los escucha y se molesta al pensar que nunca lo invitan a las fiestas sexuales.