Luffy y Nami estaban perdidos, separados del resto en una cueva, y la chica apenas soportaba la actitud relajada de su capitán. De pronto, los dos encontraron un cofre lleno de oro que los desconcertó.

A Luffy no le importaba aquel tesoro, pero Nami igual quería asegurarlo para ella. Así que, a la pelirroja se le ocurrió ofrecerle enseñarle una técnica que aprendió durante los dos años que estuvieron separados con la que se volvería mucho más fuerte.

El chico estaba bastante escéptico al respecto, pero igual accedió, así que su amiga le bajó el pantalón y comenzó a darle una garganta profunda, saboreando su glande, mientras lo apretaba con sus inmensas tetas hasta lograr que se corriera en su cara.

Al parecer, el sexo no era algo nuevo para Luffy, pues Hancook ya le había enseñado lo esencial antes. Por lo cual, cuando Nami le puso el culo en su cara, él no tuvo mucha dificultad para darle un oral con el que logró hacerla correr.

Luego de esto, Nami parecía querer más, así que permitió que Luffy empezara a follar su vagina, haciéndola gemir con fuerza, mientras rogaba que le diera más duro.

Aunque la chica parecía sufrir, al final se le terminó formando una gran sonrisa en el rostro, mientras Luffy la llenaba con su semén cálido. Quienes no estaban tan feliz fueron Sanji y Chopper cuando vieron la escena de Nami cubierta con la semilla de su líder en medio de la cueva.