Code Blue – Taboolicious

Jeff ya ha llegado a casa del hospital, hace semanas que ha estado en cama desde su accidente. Aún falta mucho para que le retiren las vendas, así que solo le queda seguir en cama recordando los buenos tiempos. Parecía imposible pensar que algo bueno había salido de todo eso, pero lo cierto es que así había sido.

A veces le costaba pensar que eso realmente había pasado y no había sido una alucinación, pero estaba seguro que aquello de verdad había ocurrido. Primero recordó el día que se cayó del tejado, estaba intentando reparar una antena. Se distrajo enormemente cuando vio a las gemelas rubias en bikini tomando el sol.

Fue tan erotico cuando una le pidió a la otra que le aplicara el protector solar, él no pudo evitar distraerse y caerse. La caída fue brutal, lo dejó con montones de fracturas. Cualquiera diría que no valió la pena distraerse por un par de tetas, pero para Jeff fue toda una bendición.

Aún más cuando un día fue despertado para recibir el baño y se encontró a su hermana. Ella dijo que había olvidado la cubeta de agua, y que ahora tendría que bañarlo de otra manera. Jeff no entendía nada, pero su hermana parecía no saber que se trataba de él, ya que tenía la cara cubierta con vendas.

Intentó detenerla, pero no podía. Ella simplemente le sacó la polla y comenzó a lamerla, él se sentía sucio por estar disfrutándolo tanto. Su hermana sabía muy bien cómo chuparla, se la metía en la boca hasta el fondo hasta que su polla cepillaba su garganta. Jeff estaba al borde del límite, y no pudo contener más su leche.

Viendo a su hermana con la cara bañada en su semen le puso más cachondo de lo que debería. Él pensó que la cosa terminaría allí, pero ella quería aún más; quería sentir su pene adentro. Sin siquiera preguntarlo antes, ella se subió a su polla lentamente y sintió cómo su coño comenzó a llenarse del semen restante.

A pesar de que Jeff estaba completamente indefenso, su hermana se las ingenió para lograr follarselo duro y sin compasión. Ella saltaba sin medirse, disfrutando como nunca. Jeff la sentía tan apretada y caliente que no tardó mucho en volver a correrse. Esta vez en el coño de su hermana. No podía creer lo que había hecho, y ahora debía actuar como que no lo recordaba.

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