Mittens está harta de escuchar a Edric y Emira follando, incluso cuando cree que está sola y se masturba; ellos aparecen y follan frente a ella. Parece que son adictos a follar y no pueden parar. Ella intenta ignorarlo, pero ya comienzan a entorpecer su día a día.

Un día incluso los encontró follando con Eda, hasta ella se divertía con ellos. Mittens no puede evitar pensar que quizá es mucho más divertido de lo que se espera. Cuando ya estaba demasiado harta de ser excluida de la diversión, sintió un impulso de decir que la tomaran en cuenta para las siguientes veces.

Pero en una ocasión sucedió algo extraño, Edric le llamó Emira y comenzó a tocarla suavemente. Mittens no podía moverse ni hablar, parecía que estaba bajo un hechizo. Edric comenzó a bajarle los pantalones y las bragas.

Su enorme polla rozaba su coño; ella estaba a punto de entrar en pánico cuando siente que está por acercarse más y entrar. Justo en ese momento aparece Emira y se ríe. Tal parece que querían jugarle una broma, ellos dos se ríen muy alegres. Pero Mittens estaba completamente frustrada.