Dos estudiantes de preparatoria tenían la dicha de compartir sus cuerpos en una unión sexual, con la mujer usando sus grandes tetas para hacerlo correr. ¿Quiénes son ellos? Originalmente, eran compañeros, Yakawara, que empezó a vivir solo, y Doigaki-San que empezó a ir a su casa por su exquisita comida.

Todo comenzó una vez, que se encontró a la chica casualmente fuera de la escuela, y la terminó invitando a comer sus hamburguesas. Yakawara disfrutó bastante ver como alguien comía lo que preparaba, pero lo que más le encantó de la reunión fue ver el gran pecho de su compañera, que apenas podía cubrir su uniforme.

Doigaki-San no dudó en burlarse de él por eso, que incluso veía sus tetas en la escuela. Pero en lugar de humillarlo, decidió darle lo quiero para devolverle el favor, y con sus grandes tetas empezó a pajear, aplastando su polla con ella, hasta hacerlo correr en su pecho.

La experiencia fue divertida, y Doigaki-San estuvo horas en su casa hasta que se terminó yendo. Ella tenía varios problemas en su casa, así que lo terminó como una cita casual, terminó convirtiéndose en reuniones frecuentes, donde el chico la invitaba a comer.

Cuando parecía que nunca se repetiría aquella experiencia sexual, los dos vieron un noticiero que alertaba de productos que hacían lactar a las mujeres. Aunque, Doigaki-San lo encontró gracioso por lo ridículo que sonaba, sus tetas se hicieron más grandes, y empezaron a expulsar leche mamaría.

Doigaki-San estaba asustada, pero Yakawara no pudo evitar tener una erección al ver su cuerpo desnudo. Esto le hizo pensar a la chica que, tal vez, el sexo podría ayudarla, así que nuevamente volvió a usar sus tetas para pajear a su compañero. Cada vez Yakawara que apretaba sus tetas, líquido salía de sus pezones.

Lejos de molestar a Yakawara, él mismo la ayudó a apretarlos, hasta que finalmente se terminó corriendo en las tetas y la cara de su compañera. A pesar de esto, Yakawara seguía duro como piedra, así que esta vez Doigaki-San decidió subir de nivel, montándose sobre su regazo.

Yakawara no esperó ni un instante y empezó a hacer rebotar a su amiga sobre su polla, follándola con fuerza mientras chupaba sus tetas lactantes, igual que un bebé. Doigaki-San estaba encantada por el placer que experimentaba en su coño, sintiendo de pronto como se llenaba con la corrida de su amigo convertido en amante.

Incluso después de esto, la polla de Yakawara seguía totalmente erecta, por lo que se sometió a sus deseos, siendo folladas en varias posiciones, drenando la leche de la chica. Doigaki-San sentía que se podría sentir adicta al sexo. Después de quedar satisfecho, Yakawara se hizo consciente de lo que hizo, y le pidió disculpas de rodillas a su amiga.

Sin embargo, Doigaki-San ella lo miró enojada porque todavía no habían terminado, y exprime nuevamente su leche sobre su polla. De ahora en adelante, el sexo sería el postre que disfrutarían luego de cada comida. Esas palabras bastaron para que Yakawara volviera a calentarse y ponerse duro, antes de darse cuenta Doigaki-San volvió a ser follada salvajemente, llenando la habitación con sus gemidos.