Leo es un chico que sirve como sacerdote para una iglesia, sin embargo, no está teniendo el mejor desempeño, específicamente a la hora de hacer exorcismos. A sus espaldas, dicho sacerdote es fuertemente criticado por dos monjas en cuanto a sus habilidades, sin embargo, son sorprendidas por la Hermana Amalia.

Esta monja es una hermosa mujer de grandes curvas que aún pueden notarse a través de su uniforme, al parecer, logró escuchar los comentarios de sus compañeras y planea reprenderlas. Rápidamente las monjas se disculpan con sus palabras y proceden a correr atemorizadas, mientras que Amalia planea subirle los ánimos a Leo.

Dentro de la iglesia, Leo se encuentra orando, disculpándose con Dios por su mal desempeño a pesar de sus esfuerzos de hacer un buen papel como sacerdote. Sin embargo, es interrumpido por Amalia mientras el joven piensa sobre su futuro.

Rápidamente el chico se sonroja ya que al verla comienza a tener pensamientos impuros debido a su sensual cuerpo, mientras tanto, le explica su difícil situación con respecto a su mal desempeño en los exorcismos.

No obstante, Amalia le comenta que no ha hecho un mal trabajo en absoluto, sino que más bien ella no permitirá que algún peligroso demonio le haga daño y se interponga en su camino. Al decir estas palabras, la monja le muestra su verdadera forma.

Su piel se torna roja, y ahora tiene cuernos, cola y colmillos afilados, a pesar de que fue difícil reprimir su verdadero ser, no quería asustar al joven sacerdote. Pero ahora es el momento perfecto para conseguir su objetivo.

El demonio se acerca a los labios de Leo y le da un apasionado beso con lengua, él trata de defenderse con una cruz, pero su intento es en vano. Amalia solo le pide que confíe en ella ya que sólo intenta hacerle sentir bien, procediendo a sacar su polla y a chupársela.

Amalia disfruta de su polla probándola de diferentes formas, rodeándola con su lengua, tragándola por completo y con un ritmo rápido. Leo no puede aguantar más y le indica que está por correrse, llenando así su garganta con su corrida.

Tirado en el suelo e inconsciente, Leo está a la merced del demonio, Amalia, aprovecha la oportunidad para romper su traje y montarlo. El joven sacerdote le pregunta sobre sus intenciones, es allí donde Amalia le confiesa su amor por él, procediendo a cabalgar su gran polla.

Leo ya no puede razonar y se deja llevar por sus instintos, por lo que ahora penetra al demonio de forma frenética, este le pide que acabe dentro de su coño y el joven sacerdote sigue sus órdenes llenando su interior.

Abrazados, Amalia le propone un trato, ayudarlo en sus exorcismos a cambio de ser su pareja. Este también le confiesa sus sentimientos por ella y accede a sus condiciones a cambio de que sea un buen demonio. Procediendo la nueva pareja a sellar su nuevo acuerdo con un apasionado beso.