Luego de que Lord Beerus pillara desprevenidos a Gogeta y a Bulchi haciendo travesuras en los arbustos, este les ofreció sus aguas termales. Bulchi, aprovechó y se dirigió a darse un baño, dejándole todo el trabajo de limpieza a Gogeta. Al poco rato, Chilma se unió a la diversión, quitándose la toalla y dejando ver sus descomunales pechos.

Chilma le ofreció una mano a Bulchi para ayudarle a lavar su cuerpo. Oh vamos. Entrenaste muy duro. Déjame ayudarte a relajarte, le susurró a Bulchi al oído, mientras jugueteaba un poco con sus duros pezones y acariciaba su cintura.

¡Qué demonios! exclamó Bulchi con expresión de disgusto. Aunque eso no bastó para engañar a Chilma, quien se percató de que Bulchi la espiaba mientras disfrutaba de un rico polvo al aire libre.

Vamos. Échale un vistazo. Dijo Chilma mientras abría sus piernas, dejando ver su coño chorreante y listo para la diversión. Bulchi negó las acusaciones, a lo que Chilma respondió que tenía que refrescar su memoria, mientras frotaba sus dedos humedecidos con saliva en su coño.

¿Qué piensas? ¿Te gusta lo que ves? dijo Chilma, retándola. Con su orgullo en juego, Bulchi aceptó, abalanzándose sobre ella, dándole un acalorado beso francés, mientras sus pezones se frotaban entre sí. Bulchi aprovechó para chupar sus pezones, llevando a Chilma al orgasmo. Nada podía pararla.

Abrió las piernas de Chilma y empezó a lamer ferozmente su coño. Acarició suavemente su clítoris y sus labios con su lengua, bebiendo el néctar que fluía de su interior. Luego se dedicó a explorar su coño, jugueteando con su clítoris y rozando su punto G con sus dedos, haciéndola llegar al clímax.

El orgasmo que experimentó fue tan fuerte que sintió cómo su cuerpo se estremecía, mientras su vagina chorreaba fluidos de placer. Eso fue rápido. Jeje. Ya puedes lavarme la espalda Dijo Bulchi con una risita traviesa, mientras frotaba su coño contra el de Chilma. ¿Quieres más?, preguntó.

Gogeta llegó accidentalmente al lugar al escuchar los gemidos de placer. Al asomarse a través de la puerta pudo ver a Chilma devorando el coño de su mujer mientras esta se sentaba sobre su cara. ¡Su pareja se divertía con otra!

Sí, justo ahí. Hazme correrme Clamaba Bulchi, con una expresión lasciva y llena de lujuria y placer. Oye, lame más fuerte ordenaba a Chilma mientras esta lamía el dulce néctar de su coño.

Vegetto se percató también de que algo pasaba, y al analizar la situación supo que podía sacarle provecho. Entró y sujetó a Bulchi por la cintura, presionando sus enormes tetas contra sus pectorales, ante una aparente expresión de rechazo de parte de esta. Quién sabe qué planes tenía en mente para ella.

Quita tus sucias manos de ella ahora, Gogeta intervino para rescatarla, a lo cual ambos se marcharon. Bulchi se abalanzó sobre él para darle una muestra de su aprecio y le quitó los pantalones, revelando su enorme polla. En seguida comenzó a lamerla delicadamente, acariciándola a cada lado con la punta de la lengua, maullando como gatita en celo.

Habiéndola empapado por completo con saliva, la devoró hasta la base, sintiendo que se ahogaba a medida que le rozaba la garganta. Aunque la diversión no les duró demasiado, ya que la conmoción atrajo a Lord Beerus, quien cansado de ver tal escena casi acabó destruyendo el lugar. De esta forma, puso fin a una desenfrenada tarde de sexo