En este cómic conocemos al joven Peter, un adolescente que tiene una sirvienta muy servicial y especial. La señora Jenkins, su sirvienta, siempre se preocupa por su bienestar y trata de ayudarlo cuando está mal. Por eso, cuando lo ve llegar con la cara cabizbaja, ella identifica rápidamente que algo le pasaba. Ella le pregunta si está triste, pero él lo niega y se dirige directamente a su habitación.

Pero ella no desiste, está muy decidida a ayudar a su pequeñín. Por eso lo sigue hasta su habitación y le pregunta si se trata de problemas con chicas; él no lo confirma, pero tampoco lo niega, simplemente no saber por dónde empezar. La señora Jenkins insiste en que le cuente, ya que ella quizá pueda ayudarle a resolver su problema. Peter no cree que pueda servirle de ayuda porque su problema consiste en que sus compañeros no dejan de reírse de él por seguir siendo virgen con 20 años.

Después de contarlo se siente tan avergonzado de haber dicho eso en voz alta y empieza a sentirse nervioso. No tiene ningún tipo de suerte con las chicas, hace todo lo posible por impresionarlas y aún así ninguna parece realmente apreciar lo que hace por ellas. Estuvo con Diana, y decidió llevarla a la piscina, pero justamente allí ella conoció al monitor de natación y se fue con él.

También salió con Mary, quien al poco tiempo de salir con él se declaró lesbiana. Pero lo más insólito fue cuando le ofreció a Kate regalarle dinero, y ella simplemente le pegó en la cara. De verdad Peter se siente tan perdido en cuanto a las chicas, no tiene ni la menor idea de cómo conquistarlas.

La señora Jenkins no puede creer que un chico tan guapo y adinerado como él tenga tan mala suerte con las chicas. Pero lo quiere tanto que siente que debe ayudarle de alguna manera u otra a que deje se sentirse como un perdedor. Por eso decide desabotonarse su vestidito y dejar al descubierto sus gigantescos pechos y su peludito coño. Pero el chico está tan avergonzado que no quiere darse la vuelta y verle la cara.

Sigue hablando sober cómo ya no le quedan esperanzas de perder su virginidad mientras la señora Jenkins le pide que la mire. Cuando finalmente se da la vuelta y se encuentra con su espectacular cuerpo se queda sin palabras. No entiende porqué ella hace eso, pero ella más que responderle prefiere demostrarle sus planes. Por eso le planta un apasionado beso que logra que su polla se ponga dura como uan roca.

Ella comienza a chupar su polla ágilmente llevándosela hasta el fondo de su garganta. Cuando ya está lista para entrar en su coño; ella se siente seductoramente sobre su pene y empieza a moverse de arriba a abajo. Finalmente Peter ya no es virgen, y sí que está disfrutando de follar con su sirvienta. Ella le pide que la folle muy fuerte y profundo, y el chico no para de empotrarla hasta finalmente correrse en su interior.

Peter le agradece a la señora Jenkins por haberle ayudado con su situación y ambos se quedan abrazados en la cama completamente satisfechos. Justo en ese momento llega la madre de Peter y grita preocupada al ver la imagen de su hijo desnudo con la sirvienta.