Asuna amaba a Kirito, y justo porque lo amaba permitía que Agil la follara duramente con su oscura polla. La sentía mucho mejor que Kirito, él era capaz de tocar puntos que su novio nunca podría, y disfrutaba como la cogía, todo eso lo gritaba mientras el propio Kirito veía la escena a escondidas, masturbándose.

¿Pero cómo llegaron a esto? Todo comenzó cuando Asuna y Kirito se mudaron juntos, no desaprovecharon su privacidad, y empezaron a follar como bestias, con el chico penetrándola de forma brutal hasta dejar su vagina chorreando.

Paulatinamente, sus fetiches empezaron a subir de nivel. Un día, Asuna era follada mientras hacía la cena, otra se iban al bosque especialmente para coger mientras Asuna era pegada contra un árbol, e incluso empezaron a usar juguetes sexuales, vibradores que introducían en su culo y su vagina hasta acabar.

Aunque tal y como empezaron estas actividades, cesaron de golpe sin aviso, cuando el empezó a rechazarla. No poder satisfacerse provocó que Asuna buscará sus ratos libres para masturbarse, usaba sus dedos, apretaba sus senos hasta dejar marca y hasta consoladores, pero nada se comparaba a la polla de su novio.

Por ese motivo, no pudo soportar y fue con Agil para enseñarle su vagina en lencería, él era el único que podría ayudarla a calmar su líbido. Por lo que el hombre aceptó levantarla sobre su mesa, y follarla salvajemente.

Lo que nunca esperó Asuna es que nada más llegar a su casa encontrará a Kirito, esperándola, para confrontarla por lo puta que era por engañarla con otro hombre. Su castigo fue tenerla en el piso para follarla, dándole poderosos azotes que dejaron sus nalgas roja, casi sangrantes, y la humillaba en el sexo.

Ese siempre fue su plan. Él le gustaba que su novia buscara placer en otra parte, así él podría darle un sexo duro en consecuencia, inspirado por los celos. Por lo cual, esa no fue la primera vez que ella saldría para follar con alguien más.

Antiguos aliados, viejos mercaderes, hombres en orgías. Ella experimentó con muchas personas, dejando que su pareja la viera para provocarlo. Aunque la persona con la que más le gustaba divertirse era con su querido amigo, Agil, a quién no le importaba traicionar a Kirito siempre que pudiera follarla hasta descargarse en su interior.

Ese día, después de follar, el hombre queda impresionado de que Asuna sea tan desvergonzada de irse, con su semen chorreando por sus piernas, sin limpiarse. Aunque ella solo sonreía al ver rastros del pene de su novio en el piso, consciente que disfrutó el espectáculo que le dio.

Nada más llegar a casa, la chica fue con su novio para empezar a darle una mamada, saboreando su polla hasta dejarla llena de saliva. Luego, se quitó sus bragas para mostrarle el chorreante semen que había en su interior. A el esto lo prendió, por lo que empezó a masturbarla, metiendo más profundo el semen en ella, mientras le decía lo zorra que era.

Asuna apenas podía soportarlo, teniendo un potente orgasmo solo sintiendo los dedos de su novio. Para limpiarse el semen, combinado con los jugos vaginales de Asuna, pone a la chica a lamer sus dedos hasta que está satisfecho.

A continuación, es puesta a cuatro, aunque en vez de penetrar su vagina dilatada, Kirito la coge por el culo con fuerza. Eso fue un “error” de su parte, pero decidió seguir penetrándola al sentir sus tripas retorciéndose por su pene y apretándolo, como si lo deseara.

Ella solo gemía como loca, extasiada por como su novio la follaba salvajemente, agarrando sus senos y lamiéndolos hasta ponerlos duros. Kirito era mucho más pequeño que el resto de sus amantes, pero sólo él conocía sus puntos débiles, únicamente él era capaz de darle orgasmos tan fuertes que nublan su mente.