American Dad XXX – Aipec018

Francine se encontraba bebiendo en el sillón de la sala de estar junto a su hijo Steve. La mujer estaba tan borracha que le propuso a su hijo jugar un poco con mamá. El adolescente no pudo resistirse al ver el cuerpo de su madre semidesnudo y se dispuso a sacar provecho de la situación.

Francine se quitó la ropa interior, ofreciendo su coño mojado a su hijo en forma de broma, pensando que este se espantaría como solía hacerlo. Para su sorpresa, el chico se lo había tomado en serio, actuando por primera vez como un adulto.

Al ver la vagina húmeda de la mujer, Steve no dudó en utilizar su lengua, metiéndola en el agujero maduro de su madre. Ella estaba experimentando el placer que le producía la lengua de su pequeño, el cual succionaba como una aspiradora.

El chico hizo a un lado los muslos de Francine y la colocó en posición para insertar su pene. La mujer no podía creerlo, estaba a punto de hacerlo con su hijo. Asustada, comenzó a suplicarle que se detuviera, alegando que madre e hijo no podían hacer esas cosas.

Steve ya no podía parar. De un tirón metió toda su polla hasta la base, alcanzando lo más profundo de su vientre. El enérgico adolescente meneaba sus caderas, explorando el coño que lo había traído al mundo una vez más. Mientras tanto, las enormes tetas de su madre rebotaban rítmicamente al son de sus movimientos.

Francine no tardó en correrse, siendo estimulada por la polla de su pequeño en todos sus puntos débiles. Estaba siendo corrompida por el placer, mientras Steve llenaba su coño de una gran carga de semen caliente. El viscoso líquido comenzó a chorrear por todas partes, empapando el sillón donde estaban.

Tiempo después, Steve, harto de ser el sirviente personal de Hayley se propuso vengarse de ella a su manera. Este aprovechó que su hermana le había pedido una bebida y sin dudarlo vertió en ella una dosis de un potente afrodisíaco. Sus padres pronto se fueron a pasar una noche juntos, no llegarían a tiempo para cenar. La suerte estaba del lado del malicioso adolescente.

Una hora más tarde, la chica comenzó a sentirse extraño. La medicina estaba haciendo efecto rápidamente, por lo que no pudo evitar comenzar a masturbarse en medio de la sala, al sentir la enorme excitación que recorría su cuerpo.

Comenzó lentamente acariciando sus senos, lo cual no fue suficiente para calmar sus ansias de placer. A continuación, comenzó a frotar su coño, incrementando la intensidad de a poco y explorando su interior con sus dedos hasta tocar sus puntos débiles. Estaba tan excitada que no tardó en correrse, con sus jugos saliendo de su cuerpo a chorros como un rociador. Tanto placer casi le hace perder el conocimiento.

Steve aprovechó ese momento de debilidad y metió su polla en la vagina de su hermana sin que esta se diera cuenta. Sin dudarlo, empujó su pene hasta lo más profundo de Hayley. Ella solo podía dejar salir sus intensos gemidos, que inundaban la habitación.

Habiéndose divertido con el coño de su hermana, metió su polla en su culo desde atrás, llevándola a un nuevo nivel de placer. Sabían que estaba mal, pero tanta estimulación no les permitía detenerse. Con sus padres fuera de casa, tenía una larga noche de sexo caliente por delante.

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