ReyComiX » Pokemon » Ash x Delia – Pokemon XXX
Ash había cumplido su sueño, había ganado el trofeo de la Liga Pokémon y se convirtió en el entrenador número uno del mundo. Así que, va a su casa para celebrarlo con su querida madre, no esperaba que al abrir la puerta encontraría al profesor Oak haciéndole un oral a su madre que gemía como una perra en celo.
Por supuesto, cuando ambos adultos advirtieron su presencia se detuvieron, Oak salió despavorido, mientras Delia se sentía mal porque su hijo amado le dijera lo mucho que la odiaba.
Delia se sentía culpable, por lo que va a la habitación de Ash para disculparse, aclarando que solo cogía con Oak porque lo extrañaba mucho y se sentía muy sola sin él. Ash se muestra comprensivo, y en ese momento Delia nota un gran bulto en sus pantalones.
Unos segundos viendo como cogían a su madre bastaron para que Ash se pusiera duro como piedra. Delia vio esto como forma perfecta de recompensarlo, y empieza a chuparle la polla a su hijo, jugueteando con sus bolas mientras alaba el tamaño de su polla.
Poco a poco, Ash sucumbía a la lujuria, agarrando el gran culo de su madre, frotándolo por encima, mientras se corría dentro de su boca. Luego de esto, el chico la empuja sobre la cama y con sus dedos empieza a juguetear con su culo, metiendo y sacando sus dedos para dilatarlo.
Ella le encantaba la sensación, aunque se muestra indignada porque Ash quiera saborear sus dedos para descubrir su sabor. Aunque su hijo ve a través de ella y la pasión que sentía por el sexo anal, así que la vuelve a empujar de cara a la cama, y rompe sus pantis.
Con su gran culo expuesto ante él, Ash aprovecha de meter de una vez su gran polla, cogiéndola hasta abrirla. Su madre disfrutaba la sensación, aunque se cuestionaba la moralidad de que le gustara tanto que su hijo la enculara de esa forma.
Al final, el entrenador termina corriéndose dentro de su culo. Un preámbulo de la noche de pasión que pasaron madre e hijo juntos, cogiendo como salvajes hasta el cansancio absoluto.
Al día siguiente, Delia ni siquiera podía estar parada sin que sus piernas temblaran de dolor. Su hijo le quitó la virginidad de su culo, y fue muy brusco, pero aunque estuviera mal, Delia quería volver a comerse la polla de su hijo y cabalgarla para poder disfrutar de ese mismo placer lujurioso.