Ty Lee lleva un buen rato observando a Azula mientras se ducha, y en cuanto ésta se da cuenta, le pregunta si ha estado allí desde un principio. La chica con todo el atrevimiento le responde que sí, a lo que Azula le dice que es toda una pervertida. En ese instante le ordena que se desvista y se acerque a la ducha, Ty Lee contundentemente le dice que no es una pervertida. Pero la princesa del fuego no se rendirá hasta que logre lo que quiere, por eso la moja con la ducha y la deja totalmente empapada.

Su amiga está enfadada por lo empapada que ha quedado, y le reclama a Azula el haberla mojado. Pero Azula le asegura que ya estaba bastante mojada desde antes, después de haberla espiado en la ducha. Ty Lee está que estalla de la rabia, y Azula no entiende porqué está tan ofendida, si era ella quien la estaba espiando.

Ty Lee le confiesa que le ha molestado que no la invitara a divertirse con los chicos a pesar de que sean mejores amigas. Pero dejando de lado su enojo, ella se desviste y se mete a la ducha con su amiga. Allí dentro, Azula la consuela diciéndole que sí es su mejor amiga, y ambas acuerdan que lo serán para siempre. Refuerzan su pacto de amistad dándose un apasionado beso bajo el abundante agua de la ducha.

Azula le dice que la va a limpiar y empieza a enjabonarla y concentrar su limpieza especialmente en las zonas que más le interesan. Enjabona muy bien su culito, que es la parte que más le encanta lavar, y Ty Lee le ordena que se concentre y la limpie bien. Pero Azula está completamente maravillada con su trasero y decide usar su lengua para lavarlo bien; hundiendo toda su cara en él.

Está tan mojada y ni siquiera es por la ducha, sus fluídos no paran de correr por sus piernas del inmenso placer que siente. Azula le pide que no se contenga, la quiere escuchar gemir como nunca. Para enloquecerla aún más, Azula introduce sus dedos en su coño y Ty Lee grita del placer, pidiéndole que no pare de complacerla. Se siente tan bien que no quiere dejar de tener la sensación de su mejor amiga comiéndole el coño y saboreando cada gota de sus líquidos.

A la princesa del fuego le encanta tener a su amiga gozando, y quiere que se estremezca aún más. Sabe que Ty Lee está hambrienta, así que tiene la idea de jugar con alguno de sus juguetes sexuales. Saca uno de sus arneses, el que tenía especialmente preparado para su dulce amiga. Le anuncia que aunque no esté preparada, ella va a perforarle sus orificios con su dildo.

Pone a su amiga en cuatro y comienza a penetrarla suavemente , ella suspira cuando lo siente entrar por completo. Azula la tira de su trenza y aumenta la velocidad de sus embestidas mientras azota su trasero. Quiere asegurarse de que su amiga está siendo completamente satisfecha, así que le pregunta. Azula es una verdadera pervertida, pero por suerte la dulce Ty Lee también lo es.