Cyberpunk Edgerunners – TaisukiArts

David envió a Rebecca a la habitación de Lucyna pidiéndole que averiguara por qué no había estado contestando sus llamadas últimamente. Al tocar su puerta, Rebecca le advirtió que, si no salía pronto de su habitación, iban a llegar tarde a la misión. Aunque Lucyna tenía otras cosas en mente, por lo que, al abrir su puerta, arrastró a Rebecca a su habitación.

Una vez dentro, Lucyna le aseguró que solo quería divertirse un rato y que no tenía nada de qué preocuparse, mientras frotaba los pezones y el coño de Rebecca suavemente. La mujer no tardó en meter sus dedos en el coño de Rebecca, acariciando los pliegues en el interior de su vagina. Habiendo alcanzado su punto G, Lucyna hizo que Rebecca se corriera, sin saber que esta era muy sensible a la estimulación.

Una vez terminados los juegos previos y habiendo calentado a Rebecca con sus habilidades para la masturbación, Lucyna se subió sobre Rebecca, moviendo sus caderas y frotando coño con coño antes de presentarle a su amiguito.

A pesar de las quejas iniciales de Rebecca, se emocionó un poco al ver el juguetito morado que tenía Lucyna guardado para no estar sola por las noches. Se trataba de un enorme consolador morado de dos cabezas perfecto para dos personas, el cual estaba dispuesta a compartir con su amiga.

Rebecca empezó a pensar que se trataba de un virus. Lucyna definitivamente había sido saboteada para convertirla en una perra en celo. Le suplicó que se detuviera para poder desinstalar el virus, mientras Lucyna insertaba un extremo del consolador en el apretado coño de Rebecca, todavía húmedo por la estimulación anterior.

Lucyna insertó el otro extremo en su coño mojado y comenzó a embestir el coño de Rebecca, el cual empezó a chorrear como una fuente tan pronto lo metió por recibir tanta estimulación. La chica continuó batiendo sus caderas cada vez con más velocidad, al escuchar los gemidos de placer de Rebecca, ignorando también como esta le suplicaba que bajara la velocidad.

El juguete estaba llegando muy profundo en el coño de Rebecca. Lucyna lo estaba metiendo tan fuerte que llegó a penetrar el cérvix de Rebecca, haciendo que ella casi perdiera la cabeza de tanto placer. Su apretado coño se aferraba al juguete de plástico, como si no quisiera dejarlo ir.

Mientras tanto, Lucyna estaba frotando su coño contra el de rebeca tan fuerte, que sus clítoris se estaban rozando, con tanta estimulación que Rebecca no tardó en venirse y chorrear por toda la habitación. Rebecca pensó en llamar a David, pero la estimulación no se lo permitía. Al cabo de un rato, David abandonó la misión preguntándose por qué Rebecca no contestaba y se dirigió a la habitación de Lucyna.

Aunque el chico tardó demasiado en llegar. Rebecca había sido corrompida por el placer y estaba disfrutando del enorme juguete, a medida que sus jugos chorreaban de su coño. Una vez llegó, descubrió a Lucyna masturbando a Rebecca con sus manos hasta hacer que se corriera.

Rebecca había quedado fuera de juego, luego de tanta estimulación. Lucyna aprovechó que una nueva víctima había caído en su red y le sacó el pantalón a David, lista para divertirse un rato con su enorme polla. Era momento de disfrutar de una de verdad.

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