Cuphead estaba en la tierra de Sugarland, la Baronesa Von Bon Bon estaba dispuesta a complacerlo siempre y cuando no se comiera los dulces que conformaban su castillo. Aun así, la mujer intentaba tentar a Cuphead para que comiera sus dulces y poder maldecirlo.

Lo que la Baronesa no sabía era que Cuphead estaba más interesado en saborear el dulce cuerpo de la monarca. Así que, cuando la Baronesa se voltea para darle oportunidad a Cuphead de comer lo que deseaba, la taza no duda e hinca sus dientes en el dulce trasero de la mujer.

Por supuesto, la mujer se molesta, pero lo intenta disimular, llevando a Cuphead dentro de su castillo, donde tenía la seguridad que lo haría caer bajo su trampa. El chico queda tumbado sobre la cama de la Baronesa, hecha del más dulce helado y gomita.

La Baronesa sólo requería que Cuphead le diera un mordisco a su dulce para poder reclamarlo, pero este no captaba la indirecta, y solo le rompió el vestido a la mujer para poder enterrar su cara entre sus grandes nalgas, saboreando con su húmeda lengua el coño chorreante de la mujer que tenía un sabor de almíbar y chicle.

La Baronesa Von Bon Bon no estaba nada feliz por el toqueteo del chico joven, y estaba dispuesta a cortarle la cabeza con sus garras. No obstante, el chico fue mucho más rápido y con su dura erección empezó a frotar sus nalgas con fuerzas antes de enterrarla en su coño.

La mujer no tuvo éxito en su plan, pero estaba claro que estaba disfrutando la forma en que Cuphead reclamaba su cuerpo, penetrándola con fuerza y golpeando lo mas profundo de su coño.