Elf Oyako to Pakopako Ibunka Kouryuu!

Daisuke-Kun, había llegado al Reino de los Elfos. Él era uno de los primeros humanos en llegar después de que la isla aboliera la ley que impedía a otras razas entrar al sitio.

La tierna Stella-San Greenly fue quién le dio la bienvenida. Pese a tener más de 1.000 años, todavía se veía muy joven, y quería llevarse bien con Daisuke. No solo eso, sino que esperaba que él pudiera llevarse bien con su hija, Lena, quien parecía tener cierto racismo contra los no-elfos.

No obstante, Daisuke había llegado con un solo objetivo a la familia, y era enterrar su polla en la vagina de una elfa. Si el rumor que oyó era cierto, eso debía ser bastante fácil…

Esa noche, Stella-San fue a avisar a Daisuke que podía usar el baño, pero grande fue su sorpresa al ver al hombre masturbándose en su habitación. Cuando Daisuke la notó, no se asustó, sino que invitó a la elfa a probar su gran erección y conocer más a los humanos, como tanto quería.

Stella-San intentaba negarse, explicando que los elfos tenían una libido muy baja, y solo tenían sexo con fines reproductivos. Pero Daisuke notaba lo caliente que estaba la mujer, todo gracias a la reacción que tiene su especie ante el deseo sexual de otro humano.

Cerca de su clímax, Daisuke dispara un chorro de semén sobre la cara de Stella-San, lo que hace que se desmaye por la calida sensación. Esa fue la confirmación que Daisuke necesitaba, y empezó a penetrar a la enferma, usando un condón como una forma de dejarle en claro a la mujer que no contaría como sexo por eso.

En ese instante, Shaw, el esposo de Stella, tocó a la puerta para buscarla. La mujer estaba aterrada porque la descubrieran, así que decidió callarse mientras sentía como su estrecha vagina se expandía por la gran polla del humano, y ni siquiera había llegado al fondo de su intimidad.

Daisuke responde que no había visto a Stella y, descaradamente, empieza a felicitarlo por lo afortunado que era de tener a una mujer tan hermosa como ella, avergonzando al elfo antes de marcharse. Cuando ya no lo siente cerca, Stella-San empieza a recriminarle por ser incapaz de controlar sus deseos sexuales.

Sin embargo, Daisuke le cuestiona porque no pidió ayuda a su marido si quería que parara. Esto hace callar a Stella-San, que sigue recibiendo en su interior la polla humana, pensando lo salvaje que era el sexo de estos seres, comparándolos con unos animales.

Pero Daisuke no solo quería sentir la estrecha vagina de la elfa, sino que también esperaba degustar sus gigantes senos, tocándolos con sus manos, chupándolos mordisqueándolos hasta ponerlos duros, mientras se corre en el condón.

Al acabar, Stella-San dice querer irse, ya que se siente mejor con su esposo cuando la coge, pero Daisuke le dice que deberían seguir cogiendo para comprobarlo. Algo a lo que ella no se niega, sino que, por horas, deja que el humano la folle en todas las posiciones, llenando decenas de condones con su semén.

Desde ese día, Stella-San se terminó convirtiendo en la esclava del humano, poniendo a chupar su polla, cabalgando con su vagina hasta abrirla, e incluso usando un consolador mientras la coge en el piso. Todo con la excusa de que Daisuke no hiciera lo mismo con su hija.

Aunque ella intentaba mantenerse firme sobre su amor hacia su esposo, cada día caía más ante la excitación, gimiendo con más placer cada que sentía el pene de Daisuke perforarla.

Sé el primero en valora este Comics.

Promedio: 4.8 / 5. Votos: 6

Categorías