Un trío de amigas de características animales se adentra a una casa embrujada para pasar la noche. Las dos centauros, Dini y Lea no tenían tanta seguridad como su amiga, Raye, asustadas de la edificación en mal estado. Raye se mofa de la actitud de sus amigas, y las manda a explorar la zona.

Cuando las chicas preguntan qué puerta pueden usar, Raye dice que “Yoshiko” podría ayudarlas. Al voltearlas las centauras encuentran a una espectral figura que las mira con una sonrisa. Sorprendidas, ambas corren despavoridas, resulta que a Raye se le olvidó mencionar que su amiga era un fantasma.

Después de haber tenido el susto de su vida, Dini terminó llegando al patio de la casa embrujada, el cual estaba lleno de lápidas. Como película de terror, cadáveres putrefactos empezaron a romper la tierra y mostrar sus cuerpos putrefactos, agarrando de las patas a la chica.

Dini estaba preocupada por la situación, aunque rápidamente le ve el potencial a esto y con coquetería pregunta a los zombies si usarían su cálido cuerpo para satisfacer sus necesidades. Uno de los zombies se burla de esto, ya que ellos ya estaban muertos y no tenían esas necesidades.

Alguien que si tenía esas necesidades fue el licántropo que apareció, y exponiendo su gran pene erecto, le ofrece darle a la joven chica el placer que desea con desesperación. Dini se acerca con nerviosismo, y acepta tener sexo.

El licántropo no pierde el tiempo y se posiciona detrás de la centauro para subir su falda y follar con su lengua la vagina estrecha de la puta. Su lengua era tan larga que en pocos segundos logró humedecer sus interiores, así que se quita la playera para exponer sus pechos y pedirle al hombre lobo que la empiece a follar como “el buen perrito que es”.

El se emociona por eso y empieza a penetrar a la mujer. Aunque su polla llegó a profundidades de la vagina estrecha, ella quería más, pedía que siguiera empujando, así que el lobo termina metiendo incluso el nudo con su polla, cogiendo hasta que termina corriéndose en su interior. Fue corto, pero sin duda fue el mejor sexo que ambos habían tenido jamás.

Por otra parte de la habitación, Lea había llegado hasta el comedor donde lo primero que nota es el cuadro de una hermosa rubia colgado. La chica decide tomar asiento para disfrutar de los manjares servidos para saciar su hambre.

No obstante, nada más sentarse la chica es transportada a otra habitación. Allí otro fantasma se hace presente, pero a diferencia de la pálida chica de antes, esta era la misma hermosa mujer del cuadro. “Clara” se hacía llamar.

Clara se sentía mal por asustarla, para pedir perdón decide ponerse entre sus piernas y darle placer como recompensa. La centauro no tiene problemas, y deja que Clara le quite el pantalón para exponer su gran polla dura. La fantasma queda encantada del tamaño y de un salto mete todo el miembro dentro de ella.