Una noche, mientras se quedaban en un hotel, Ben se despertó para ir al baño cuando descubrió a su prima Gwen en la habitación de al lado, teniendo relaciones con un hombre mucho mayor que ella. Al presenciar esa excitante escena, él comenzó a masturbarse frente a la puerta.

Al día siguiente, Ben aprovechó que su abuelo se había ido a pescar para preguntarle a Gwen sobre lo que había visto. Le reclamó que, si iba a hacer esas cosas con un desconocido, podía haberlas hecho con él. Al ver la erección que escondía Ben en los pantalones, se le ocurrió una idea para chantajear a su primo.

Luego de humillarlo un poco, Gwen comenzó a sentirse tentada a ayudarlo, por lo que usó su pie para masturbar el pene de Ben. Era una sensación tan suave que este se corrió al instante, llenando la mesa de su espeso líquido.

Habiendo cumplido su parte, comenzó a desesperarse y a exigirle a Gwen que cumpliera con el trato. Ella lo pateó en las bolas, haciendo que cayera al suelo del dolor. Su único objetivo era convertir a su primo en un perrito obediente que acatara las órdenes de su maestra.

Ben comenzó a suplicar una oportunidad para demostrar que era digno de tener sexo con ella. Gwen sonrió sabiendo que ya lo tenía en sus manos. Compadeciéndose de él, comenzó a masturbarlo con ambos pies. Eran como dos suaves y pequeñas serpientes, que apretaban su pene al mismo tiempo. El chico no tardó en correrse, llenándolos del blanco y espeso líquido.

Gwen procedió a masturbarlo con la mano. Su pene estaba tan duro e hinchado que parecía que iba a explotar. Al ver que estaba a punto de correrse, comenzó a lamer el pene de su primo rápidamente, devorándolo hasta la base. Ben no pudo soportar más y sujetó a su prima de la nuca, forzando su pene hasta lo profundo de su garganta.

Cuando pensó que se había acabado, la chica se quitó la ropa lista para comenzar. Su pene iba a pagar las consecuencias por correrse en su boca sin permiso. Gwen usó su magia para despertar el pene de su primo, quien estaba agotado. Pero justo antes de meterlo en su coño mojado, se volvió a dormir.

Ben se había corrido con solo tocar su vagina, así que Gwen volvió a usar su magia y comenzó a frotar la polla contra su coño, hasta ponerla dura como roca. Finalmente, metió el pene virgen de su primo en su vagina de un sentón. Era la primera vez que Gwen lo hacía sin condón para no embarazarse, pero estaba determinada a convertir a su primo en su consolador de carne personal.

Ella continuó moviendo sus caderas enérgicamente, mientras agitaba sus entrañas con el pene de Ben. Finalmente, el chico tomó el control, empujando a su prima contra el suelo y metiendo su polla hasta el fondo. Ben siguió metiendo su pene dentro de ella desde atrás, mientras las tetas de su prima rebotaban rítmicamente.

Cuando estaba a punto de venirse, la chica usó magia para impedirlo. Debía continuar follándola hasta que estuviera satisfecha. Tan pronto como se corrió, liberó el hechizo, con lo cual todo el semen de su primo acabó dentro de su coño. Con Ben agotado, esta le puso un hechizo para convertirlo en su esclavo. Se había convertido en un consolador viviente y nunca más podría desafiarla.