Kagirinaku Toumei ni Chikai

El Sempai reconocía el pecho de ese hotel, se sentía como si estuviera en un sueño que se repetía una y otra vez. Tampoco estaba extrañado porque B.B., quién parecía la encarnación misma de la sexualidad, estuviera sobre él chupando su polla, desafiandolo para que suelte toda su semen en su boca.

Sin ninguna vergüenza succionaba su miembro con fuerza, haciendo lujuriosos sonidos para hacerlo corre rápido, llenando la habitación de un éxtasis puro. Cuando parecía que el Sempai estaba por liberarse, vuelve a despertar, ¿había sido todo un sueño?

B.B. le deja en claro no, enseñándole sus grandes pechos. Ellos dos estaban en un bucle, donde la única forma de volver a casa, era que el Sempai se resistiera a ella por toda una semana. Podía cogerla, pero necesitaba que sus ganas de regresar a Chaldea fueran mayores.

El Sempai no ve otra alternativa, así que deja que su Kohai se montará sobre él y empezará a besarlo con lengua, poniéndolo caliente. Luego, usó sus inmensas tetas morenas para pajear su polla. Esa no era la primera vez que una versión de él quedaba en ese bucle, y todos parecían obsesionados con sus tetas.

B.B. no tenía problema en complacerlo, mojándose mientras disfrutaba de aplastar su miembro con sus senos. En esta ocasión, su sempai si logro correrse, llenando el cuerpo de su kohai con su esperma caliente. Ella se limpió con sus dedos, tragando cada gota de la babosa esperma.

Pero ella entendía que su Sempai quería más, así que apartó sus bragas para poder empezar a frotar su intimidad contra la gran polla del hombre, poniéndolo nuevamente duro para empezar a cabalgarlo. El Sempai intentaba no moverse, pero no podía resistir el cálido coño de B.B., por lo que terminó empujando sus propias caderas contra ella.

El chico se logró correr una segunda vez, pero no llenó a B.B. por culpa del condón, ella entendía que el chico estaba cediendo, así que comenzó a burlarse de lo incapaz que fue para preñarla, metiendo los condones llenos de esperma en su boca antes de alejarse.

Antes de que ella pudiera salir de la habitación, su Sempai la agarró. Ya no le importaba Chaldea, o salir del bucle, solo quería follar a la arrogante morena, y lo demostró clavando de una estocada su gran polla en su coño. Golpeándola con tanta fuerza.

Por tercera vez en el día, el sempai se corrió, ahora dentro de la mujer que estaba chorreando su semilla. B.B. era incapaz de quedar embarazada, pero adoraba sentir la esencia de su Sempai en ella, e iba a disfrutar con su presencia el resto de la semana.

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