KanMusu x KneeSo

Prinz Eugene estaba ante el nuevo Almirante de la nave. Este comprendía exactamente lo que quería, así que comenzó a chupar los pequeños pechos de la rubia, mientras masajeaba su culo y, sobre todo, sus suaves piernas con sus manos.

La chica estaba bastante feliz por el trato que su superior le daba a su cuerpo, así que decide inclinarse para así poner su trasero en la cara del Almirante. El hombre, encantado se deleitaba con su tierno olor a flores, y con su lengua empezó a chupar la vagina de la chica.

Ella notó la erección que produjo en el hombre, por lo que procedió a usar sus pies para pajearlo, mientras él seguía dándole un oral. Cuando su coño quedó lo suficientemente húmeda, el Almirante enterró su polla en su interior.

Era la primera vez de Prinz, pero el Almirante sabía darle rápido y duro, de una forma en que le permitía experimentar un inmenso placer, hasta finalmente golpear su útero con su carga caliente. Ella estaba exhausta, complacida, y pensando si acaso ahora significaba más para su Almirante.

En otra ocasión, Kongou se dio cuenta de las ganas de coger que tenía el Almirante, así que ella empezó a patear su polla con sus pies hasta que se puso dura, declarando como donde ella viene los que eran como él eran llamados pervertidos.

No obstante, cuando sintió como se corría por esas patadas, se decepcionó levemente. El Almirante no iba a quedarse así, por lo que comenzó a follar su estrecho coño. Supuestamente, Kongou le mostraría su verdadero poder, pero simplemente se conformó con seguir recibiendo la polla del hombre hasta que se corrió en su interior.

Atago también quería probar nuevas formas de placer con el Almirante, así que se sacó sus largas medias negras para ponerla en su pene. Así mientras frota su miembro con sus inmensos pechos, podría sentir un mayor movimiento sobre su miembro que lo prendía.

Solo con eso, el Almirante logró correrse, desbordando parte de su semen en su medía. Atago quedó igual de caliente, por lo que se volvió a poner sus medias llenas de semen, para seguir pajeando al Almirante, hasta que este no soportó más y comenzó a follarla, soltando un potente gemido, mientras sentía como el hombre, finalmente, se terminaba corriendo dentro de ella.

Shimakaze fue otra que tuvo que estar envuelta en los deseos del Almirante. Este le pidió que se quedará de rodillas mientras mantenía sus pies alzados. Ella hizo exactamente esto, y quedó en shock como el hombre empezaba a follarla por detrás, mientras masajeaba su polla saliente con sus medias.

Shimakaze estaba sorprendida por esta habilidad, y se dio la vuelta, para besar al Almirante, mientras él seguía penetrando y apretando sus pequeños senos. Así, ambos empezaron a coger salvajemente, con el hombre follando su culo, mientras le daba placer a su clitorís con sus dedos, logrando que ambos tuvieran un orgasmo simultáneo.

Claro que, ni siquiera con todo este sexo, el Almirante pudo calmar su líbido. Kaga lo terminó encontrando oliendo sus medias mientras se masturbaba, por lo que decidió pajearlo ella misma, con la amenaza de castigarlo si se corría.

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