Kim y Ron llevan 10 horas escondidos vigilando que el Dr. Drakken no se salga con la suya y robe la salsa secreta para utilizarla en sus malvados planes. A Ron no le gusta el hecho de estar tanto tiempo allí, pero Kim insiste en que ya no pueden dar marcha atrás, ya que ella tiene un mal presentimiento sobre Drakken y su plan. El rubio le pide que se relaje un poco y le ofrece unos nachos preguntándole si ya tiene hambre. Ella le dice que no, simplemente ya se está aburriendo de esperar allí sin hacer nada.

Por eso se le ocurre una idea y se acerca mucho a su amigo para comentarle lo aburrido que él se ve también, por lo que le sugiere jugar algo juntos. Ron no entiende a qué se refiere ella, pero su simple cercanía le está poniendo muy nervioso. Kim le dice que el juego se llama cállate y bésame y estampa sus labios con los de él. Ron traga en seco, y después de un largo rato de dejarse llevar por el beso; él se separa un poco preocupado y le dice a su amiga que esa acción ha sido demasiado repentina. En ese momento ella le confiesa que siempre ha estado esperando hacerlo, y ahora es momento de ponerse serios con ello.

Kimberly levanta su blusa, dejando ver sus pechos firmes y su abdomen tonificado, y le pregunta al rubio si le gusta lo que ve. Él está tan fascinado que ni siquiera encuentra palabras para describirla, lo cual hace que ella se sienta inmensamente halagada. No cabe duda que ambos están listos para la acción, así que Kim saca la enorme polla de Ron de su pantalón y queda sorprendida por lo bien dotado que está. Se lleva su pene a la boca y comienza a chuparlo con mucha habilidad, incluso dándole un ligero mordisco que enloquece tanto a Ron que hasta hace que se corra.

Ella escupe algo del semen y lo echa en su mano, y Ron se disculpa por haberle llenado la boca de leche sin su consentimiento. Pero ella lo besa y traspasa algo de su su semen a su boca, asqueandolo por la acción. Kim le dice que si quiere algo con ella, debe saber que todo será extremo. Seguidamente se baja el pantalón y comienza a darse pequeños azotes en su culito pidiéndole a su amigo que la castigue por ser tan mala. Ella quiere que la folle muy fuerte hasta destrozarla, está tan cachonda que la quiere sentir hasta el fondo de su coño.

Ron no se siente capaz de ser tan brusco con su amiga, pero en cuanto ella lo insulta llamándolo «tonta y pequeña marica», pierde el control por completo y le lanza unos fuertes azotes que dejan su culo marcado. Seguidamente está decidido a demostrarle que no es ningún marica y le clava la polla muy fuertemente hasta el fondo de su vagina. Ella grita del dolor, y en ese instante él reacciona disculpándose.

Pero eso es exactamente lo que quiere Kim, así que le pide que siga follándola así de fuerte. Así que continúan follando duro sin parar, olvidándose por completo de porqué estaban allí inicialmente. Cuando Ron se lo recuerda a Kim, ella simplemente dice al diablo con Drakken, y siguen follando.