Kimetsu No Yaiba – Oyasumi Onii-Chan (Exclusivo ReyComiX)

Nezuko se encontraba durmiendo plácidamente una noche cuando despertó de repente. Al notar que el trozo de Bambú que usaba para evitar morder a los humanos no estaba, lo buscó por todas partes, pero lo único que encontró fue un enorme bulto en la entrepierna de su hermano, quién dormía a su lado.

Motivada por la curiosidad, procedió a quitarle su ropa interior, desvelando su enorme polla erecta. Nezuko se emocionó al verla y comenzó a lamerla como si de un helado se tratase. Empezó besando tímidamente la punta, introduciéndola poco a poco en su boca y empapándola de saliva, a medida que su hermano se retorcía de placer.

Tanjiro no tardó en despertar, descubriendo a su hermanita chupando enérgicamente su polla. Aunque estaba horrorizado, la estimulación fue demasiado grande y no pudo parar, vaciando sus bolas, llenando la boca de su hermanita de su semen espeso. Nezuko, cubierta de leche, había comenzado excitarse debido al lascivo olor, el cual le provocaba un cosquilleo en su vientre.

¡Detente! ¡Nezuko! ¡No hagas eso! Nezuko engulló todo el semen de su hermanito, exigiendo más con actitud amenazante. Estaba a punto de devorar a su hermano en más de un sentido.

Esto está mal. ¿Qué estás haciendo? Se quejaba Tanjiro, intentando detener a su hermana mientras ella se desvestía sensualmente, dejando ver sus enormes nalgas y su figura esbelta. Ya nadie podía detenerla.

Lo siento mucho… no puedo hacer esto, está mal… decía Tanjiro mientras su hermanita frotaba su coño provocativamente contra su polla erecta, vertiendo sus jugos sobre ella.

Ante la negativa de Tanjiro, a Nezuko se le ocurrió una idea. Con sus poderes, hizo crecer sus tetas con el fin de motivar a su hermanito. Nezuko colocó las manos en sus senos, para que este pudiera masajearlos. El hermano continuó negándose, hasta que ella comenzó a llorar. Aunque él no podía soportar ver a su hermana llorar, así que cumplió su deseo.

Pronto comenzó a lamer sus pezones con la esperanza de que se calmara y se fuera a dormir. Sus enormes pechos eran increíblemente suaves. Tanjiro sabía que estaba mal, pero disfrutaba del sabor de los pechos de su hermana mientras los lamía enérgicamente, empapándolos de saliva y chupando sus pezones. Nezuko sabía que ya lo tenía, solo debía darle un empujón más.

Recostó a su hermano para darle una buena probada, estrujando su pene entre sus senos y frotándolo como si fuera su vagina. La sensación de suavidad era incomparable.

¡Nezuko detente! Si sigues haciendo eso yo… La chica, con sonrisa maliciosa, se detuvo. Sabía que ya había convencido a su hermano, así que se detuvo para que este se corriera dentro de ella.

Nezuko le dio la espalda y se colocó en una posición provocativa con una expresión coqueta, abriendo su coño con una mano e instándolo con la otra a que enterrara su pene dentro de ella. Su vagina chorreaba de la emoción.

Tanjiro dejó de pensar y en un arrebato arremetió contra el coño de Nezuko, hundiendo su pene hasta la base de un golpe. El chico la sujetó de las piernas en la posición del misionero, presionando el punto G de Nezuko y llevándola al orgasmo.

Los hermanitos exploraron muchas posiciones, cada una más lasciva que la otra. Finalmente, la colocó en la posición del perrito y continuó embistiendo hasta rozar su cérvix. Nezuko no podía contener los gemidos de placer. Tanjiro sujetó sus brazos y en un último impulso empujó su polla hasta el final y llenó el vientre de su hermanita hasta que este terminó desbordando leche.

Lo siento, pero ya no puedo parar Cambiaron de posición y Tanjiro continuó embistiendo al pequeño coño de su hermana. La diversión acababa de empezar. Todo el jaleo de los hermanos atrajo la atención de Kocho, quien comenzó a masturbarse al ver tal espectáculo. La chica cuyo coño chorreaba sus jugos tenía ganas de probar la polla de Tanjiro. ¿Qué será lo que le espera al amable espadachín?

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