Los Simpsons: Paraiso (Exclusivo ReyComiX)

Marge y Bart quedaron atrapados en una isla desierta luego de que sus vacaciones fueran interrumpidas por un accidente de avión. El chico yacía en la arena mientras Marge le hacía respiración boca a boca. Al despertar, Bart no pudo evitar excitarse al sentir los suaves labios de su madre, mientras sus entrepiernas se rozaban.

El vestido de la madre estaba hecho añicos, dejando ver su provocativa ropa interior y sus enormes pechos, lo que no hizo más que encender el interés del muchacho incluso más. Durante esos momentos de desesperación, el chico intentaba ser útil para su madre, mientras encontraba formas de destrozar aún más su atuendo para disfrutar de su cuerpo desnudo.

Mientras Bart exploraba la isla, Marge se preguntaba si realmente serían rescatados, dado que estaban en una isla desierta. Al cabo de un rato, regresó con comida, unas pastillas de su padre en el bolsillo y ropa de Lisa. Aunque esta última era pequeña, Marge no tuvo más remedio que usarla. La ropa estrecha que se colocó su madre donde casi podía verse su coño expuesto agravó aún más los pensamientos de Bart.

Más tarde, el muchacho se tomó las pastillas pensando que eran para dormir, tratando de ahogar los pensamientos lascivos sobre su madre. Fue entonces cuando tuvo una erección incontrolable con la que no pudo evitar masturbarse.

Cuando su madre le preguntó qué estaba haciendo, él admitió haber tomado las pastillas y estar asustado porque la erección no disminuía. La mujer comenzó a masturbarlo con tal intensidad que logró que el muchacho se viniera, llenándose toda la cara del semen del muchacho.

La mañana siguiente decidieron ir a bañarse, para lo cual Marge se colocó un traje de baño de Lisa, que apenas cubría sus pezones y su entrepierna. Al ver esto, el muchacho tuvo otra erección incontrolable, aunque esta vez no por las pastillas, sino por el sexy cuerpo semidesnudo de su madre.

Marge admitió que a su esposo le costaba tener una erección e inconscientemente comenzó a pensar en las posibilidades, al estar sola con su hijo en la isla, quizá para siempre. La madre decidió ayudarlo a bajar su erección chupando su pene. Sus años de experiencia lo hicieron venir rápidamente, llenando su boca de semen mientras ella agitaba sus caderas deseando probar una polla desde hace mucho.

Había pasado otro día sin señales de ayuda y Marge estaba entrando en colapso. Aunque su hijo le aseguró que pase lo que pase, él la protegería. La madre desesperada y algo caliente se subió al cuerpo de su hijo. Ya no podía soportarlo más. En un impulso devoró la polla del pequeño con su coño, disfrutando lo que no había sentido desde hace mucho.

La mujer agitaba sus caderas con fuerza, succionando al pequeño. Bart tomó el control, embistiendo el coño de su madre en posición de perrito. El chico logró hacer que la mujer se corriera, experimentando un intenso orgasmo. La estimulación fue tan grande que no aguantó más y se corrió en los pechos de su madre. Continuaron teniendo sexo, llevados por el placer.

Después de varios minutos el chico estaba listo para correrse, pero su madre le pidió que lo hiciera adentro. Finalmente, Bart llenó el útero de Marge de millones de sus nadadores, embarazándola en el proceso. Los dos continuaron disfrutando de sexo caliente regularmente.

Pasaron varios meses y Bart no solo se había convertido en un hombre, sino también en padre. El bebé que Marge llevaba en su vientre nacería y crecería en aquella isla, la cual se había convertido en un paraíso para los dos solos.

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