Tres hermanos se han quedado solos en casa mientras sus padres han salido de viaje. Las dos hermanas han decidido sacar provecho y pasar más rato con su hermanito. La pelinegra aprovecha que se ha quedado solitas con él para empezar a chuparle su dura y gruesa polla.

Mientras tanto, la rubia los observa mientras se toca. Sabe que está mal lo que hacen, pero no puede evitar sentirse cachonda al verlos y escucharlos. Está decidida a no quedarse detrás en la diversión, por eso al día siguiente se une a la diversión y se sienta sobre la cara de su hermano mientras la pelinegra monta su polla.

Los tres se montan una divertida fiesta en la piscina hasta que todos se corren. Luego, en el bus escolar, la pelinegra le ofrece a su hermano que le folle el culo allí. Él está un poco nervioso, pero ella no le da tiempo de dudar así que se sienta sobre su polla. Se mueve de arriba a abajo hasta sentir su leche llenar su culo.

Más tarde, la rubia lo busca en clases y se lo lleva al baño. No podía esperar más para sentir su polla follar muy duro su coño. Para este punto ya ambas están adictas y no quieren parar de sentir la polla de su hermano. Así que después de la escuela, lo esperan en casa con las tangas abajo.

Ambas le piden que las llene de leche y las folle por todos sus orificios. Mientras se atragantan con la polla de su hermano reciben una llamada de su madre para saber cómo van. Ambas le dicen lo bien que la están pasando fortaleciendo su relación de hermanos.