Después de una semana, Tako estaba emocionada, estaba a punto de derrotar a un jefe en su videojuego y completarlo. El final estaba tan cerca y, repentinamente, la luz se fue de todo el departamento. Ella sabe lo que pasó y se acerca a una habitación inundada por los gemidos. Yogurt estaba masturbándose en la oscuridad, disfrutando el tacto de sus dedos y su dildo.

Pero su compañera no estaba feliz, por pasar todo el día masturbándose, Yogurt había olvidado pagar las facturas de la luz, así que Tako le grita para que vaya a pagar su deuda y, como incentivo, comienza a patearla. No obstante, esto solo ayuda a llegar a la chica al clímax por novena vez en el día.

Oír esto enfurece más a Tako, porque su amiga no hace cosas productivas como jugar videojuegos o navegar en Internet, justo como ella, así que simplemente abre la puerta y la echa a patadas.

Sin otra opción, Yogurt va a la compañía eléctrica. El secretario del sitio, le explica que le habían cortado la luz por no haber pagado desde hace meses, y necesitaban pagar. No obstante, Yogurt confiesa que su amiga la echó a la calle sin dinero, así que le pregunta al hombre si no había otras maneras de solucionarlo.

El encargado no duda, y en unos minutos se encontraba con el pantalón abajo, recibiendo una mamada, que usaba sus grandes tetas para masajear su pene mientras lo lamía. Al pasar a saborear sus bolas, el secretario ruega porque su jefe nunca se dé cuenta de eso.

Como si fuera obra del destino, en ese momento llega el jefe, un viejo de baja estatura, que se sorprende con la escena, sorprendentemente de una manera grata. La forma en que Yogurt movía sus caderas y manejaba las pollas, la hacía la persona perfecta para ella, así que le pide acompañarlo. Ella quería terminar su “trabajo” con el secretario, pero el anciano lo despide, así que sin ninguna otra motivación sigue al jefe.

Aquel hombre había estado buscando con esmero nuevas fuentes de energía renovable y, finalmente, la había encontrado en Yogurt. La pelirroja estaba en una sala de laboratorio, totalmente desnuda, y no le importaba más que conseguir alguien que la satisfaciera. Al decir esto, del piso sale un dildo transparente que la confunde.

El jefe procede a explicar como aquel objeto iba a convertir la fracción de sus cabalgadas y sus fluidos corporales en una energía capaz de recargar el mundo y cambiarlo. Ella era ajena a aquellos comentarios, ya que directamente empezó a rozar su vagina húmeda con la punta del dildo, como siempre, en su mente no estaba otra cosa que el sexo.