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Dorothea Arnault había terminado otra magistral lección de canto con su sensei, quien la elogio sinceramente. Sin embargo, Dorothy ya no podía fingir ignorancia, ella sabía el verdadero interés de su Sensei, así que se sienta sobre él, y hace que sus masculinas manos agarren sus enormes tetas.
El hombre estaba bastante sorprendido, pero era incapaz de soltarla, o negar que estuviera viendo a su alumna cada vez que iba con él. Dorothea iba a acabar con ese problema en ese instante, y puso sobre la cara de su maestro sus enormes senos para que los chupe.
Luego de unos segundos, la chica ya es capaz de sentir la poderosa erección de su maestro, así que se pone de rodillas y con su lengua resbalosa empieza a chuparle la polla, mientras golpea sus senos sobre sus bolas. El Sensei podía Sensei una gran calidez, era como estar entre dos almohadas suaves y calientes.
El placer lo llevó al borde del clímax, así que Dorothea empezó a chupar agresivamente, succionando todo el miembro hasta calar en lo profundo de su garganta, donde la golpeó la carga caliente de superior. Dorothea devoraba todo el semen expulsado por Sensei, y él liberaba una gran explosión que fue suficiente para llenar también la cara y pecho de la mujer.
Esto no había terminado todavía, Dorothea se terminó de desnudar a ella y su Sensei para avanzar al siguiente nivel. La chica se puso de espaldas, exponiendo su intimidad, para que su Sensei pudiera empezar a follar su vagina estrecha. El miembro del hombre era tan grande que Dorothea soltó un gran chillido que rompió la ventana de la habitación
La armoniosa voz de Dorothea era tan potente que podría destruir el cristal, y su Sensei pudo disfrutar de ella al máximo al escuchar los leves gemidos que la cantante soltaba mientras cabalgaba su miembro. La única forma de callarla fue compartir un beso de lengua, donde ambos hicieron una su saliva, mientras tenían sexo duro.
Al final, una segunda carga fue liberada en el interior de la vagina de Dorothea, envuelta en la lujuria del momento. Cuando la mente de ambos se empezó a enfríar, ambos se dieron cuenta que por la ventana rota, cualquiera pudo haberlos visto teniendo sexo.
Rápidamente, ambos se vistieron, y Dorothea se fue, despidiéndose de un beso de su querido Sensei, declarando que estaba bastante emocionada para que se vieran pronto para una “nueva sesión”.