Super Groper Train Pokemon

May, quien había llegado a la famosa estación del tren de la región, se dispuso a probar el tren bala subterráneo que podía llevarte a tu destino en un pestañeo. En la estación se encontró con Hilda, otra entrenadora Pokémon, que le indicó que necesitaba una pareja para poder abordar el tren. Hilda le pidió que fuera su pareja y la arrastró hasta la estación, sin siquiera dar tiempo a May de pensárselo.

Fue tanta la emoción de Hilda que sin querer la llevó hasta la estación equivocada, por lo que terminaron abordando un tren muy lleno de gente. Al apenas subirse al tren, May experimentó por primera vez a los famosos acosadores de tren cuando uno de ellos levantó su falda para poder manosear su culo.

El acoso comenzó a incrementar y poco a poco los sujetos comenzaron a tocar su culo, manosear sus pechos y toquetear su coño, abriendo sus labios y toqueteando su clítoris hasta que comenzó a mojarse. A pesar de estar siendo manoseada por un extraño, había comenzado a excitarse.

El hombre comenzó a acariciar su clítoris y su coño a la vez, haciendo que se corriera. Seguidamente, usó sus muslos para frotar su polla entre ellos. May estaba tan excitada que, sin saberlo, había comenzado a mover sus caderas por su cuenta. Podía sentir cómo el pene del extraño se retorcía dentro de sus shorts.

Estaba tan apretada que el desconocido no tardó en venirse, impregnando sus shorts de semen caliente. Mientras tanto, Hilda también estaba siendo manoseada. Al darse cuenta de que no llevaba sostén, el desconocido arrancó su blusa y comenzó a jugar con sus enormes senos.

Entretanto, otro hombre había también arrancado la blusa de May y estaba manoseando sus tetas. Parece que, sin saberlo, se habían subido al tren manoseador. Las chicas contemplaban impotentes cómo los desconocidos arrancaban su ropa.

Hilda había comenzado a excitarse, mientras un desconocido metía su mano en su coño y comenzaba a frotarlo agresivamente. El hombre aprovechó que Hilda ya estaba húmeda y embistió su coño con su polla erecta, embistiéndola desde atrás sin que pudiera hacer nada.

Sus enormes tetasrebotaban cada vez que arremetía contra su culo, a la vez que su coño abrazaba la polla de un total desconocido. Al besarla, pudo sentir como el coño de Hilda se estrechaba y exprimía aún más su pene.

Por otro lado, May estaba siendo forzada a chupar dos pollas a la vez, mientras una tercera rozaba su culo. Para enseñarle a May sobre el sexo de verdad, uno de ellos rasgó sus shorts y metió su polla adentro. Su coño estaba tan apretado que no soltaba el pene del desconocido.

Las chicas habían comenzado a disfrutar el ser abusadas por esos sujetos. La vagina de Hilda estaba empapada, resbaladiza y tan apretada que se aferraba a las pollas de sus captores cuando intentaban sacarla. Mientras tanto, el coño de May succionaba los penes hacia dentro sin dejarlos ir.

Habiéndose divertido con el coño de las adolescentes, los desconocidos se prepararon para correrse dentro de ellas. Las chicas suplicaron que no se corrieran dentro, pero los desconocidos hicieron caso omiso. En un instante, dejaron salir grandes cantidades de leche espesa en sus vaginas.

Todavía faltaba para llegar a la estación, por lo que continuaron divirtiéndose con sus coños bañados de semen pegajoso. Al bajar del tren ellas sabían que no había vuelta atrás. Se habían vuelto adictas al pene de los desconocidos.

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