Dexter era un buen alumno, y para recompensarlo por su madurez, su maestra finalmente le dio un premio de pajear su gran pene con sus manos. El niño genio estaba encantado, y aprovecho de coger el coño apretado de su profesora sobre su escritorio.

Ambos tiraban todos los papeles, no le importaban otra cosa más que sentir sus cuerpos. La profesora sienta al chico para cabalgar su gran polla hasta llevarlo al borde del clímax, y Dexter pueda llenar su cara con su leche caliente. Una “A+” le da por ese sexo celestial, y lo marca en sus bolas como recuerdo.

Eso no fue algo de una vez, ya que el niño genio siguió follando a su profesora en ocasiones, y hasta la “Señorita Física” estaba fantaseando con su miembro, llenandolo con su labial rojo cada que le hacía un oral.