The Cummoner 18

Spoka y Meva se adentraron a una nueva mansión embrujada. Buscaban poltergeist para echar, pero terminaron encontrando a una ladrona que las ataca, aunque ambas terminaron doblegándola con facilidad. Kaia, así se presenta la ladrona, confesando que no buscaba hacer daño a nadie, sino que únicamente esperaba encontrar un libro en aquel edificio y ahuyentaba a todos para ganar tiempo.

Spoka está escéptica, dado que encontró piezas de oro robadas en el bolsillo de Kaia. Sin embargo, Meva convence a su amiga de decirle a los clientes que ahuyentaron al “poltergeist” para evitar que Kaia sea ejecutada por sus crímenes, además estaba bastante interesada en usarla como sujeto de prueba para sus experimentos.

Kaia promete ayudarla, pero para asegurarle que en verdad cumpliría Meva le hecha una maldición que la hace prometer que cumplirá con su promesa de ayudarla. Aunque Kaia también le pide a Meva que tampoco debe hacer un cambio permanente en su cuerpo, una condición que la científica-maga acepta, sin saber que esto también la ata a la maldición y las consecuencias de no cumplirla.

Al día siguiente, Kaia se reúne con Meva en su laboratorio. Con coquetería intenta seducirla para tener sexo, aunque Meva dice que, de verdad, esperaba que la ayudará con su investigación. Esto sorprende a Kaia, pues cuando ella intentó librarse de su promesa antes, la maldición la ató y se arrastró por sus partes íntimas.

Mava pide disculpas, pero eso no cambia la opinión de Kaia con respecto a ella. Para empezar de una vez, la científica ata a la ladrona en una camilla y le hace beber un líquido blanquecino para que sienta placer con lo que hará, y luego procede a desvestirla.

La situación no hace más que divertir a Kaia, pensando que de verdad intentaban seducirla. Sin embargo, su expresión decae cuando Mava saca un frasco con un criatura morada, esta se alimentaba del sudor y la mugre, y pensaba que podría revolucionar la forma de cuidarse y lavarse.

Para probarlo, Mava lo coloca sobre los senos de Kaia, y el monstruo empieza a chupar saboreando los pezones de la chica. Luego se mueve por su axila, va bajando por su abdomen hasta llegar a su área entrepierna. El monstruo no dejaba ningún rastro viscoso, pero era imposible para Kaia no gemir ante los chupones y lamidas de la criatura.

Cuando Mava vuelve, termina de quitarle el pantalón a Kaia, dejando ver que el monstruo se había introducido en el interior de su vagina. A la científica no le importa esto, sino que saca una reluciente bola que llama el “Elixir Número 15” y lo introduce en el interior del culo de la ladrona, a la par de sacar el monstruo de dentro de ella.

Kaia está incómoda por esto y le pide a Mava que, por lo menos, se quite esas gafas para hacer todo menos raro. La científica acepta y deja en evidencia su hermosa cara que hace sonrojar a Kaia. Después de unos segundos, su cuerpo empieza a cambiar, mientras chillaba sus tetas incrementaron su tamaño y sus caderas se hacían más anchas.

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