The Legend of Zelda Twilight – Palcomix

Habían transcurrido tres meses desde que el valeroso Link derrotó a Ganondorf y trajo la paz a la tierra de Hyrule. El héroe había vuelto al reino, luego de haber recibido un llamado urgente de la princesa Zelda. Pero qué podría querer la reina ahora que el reino crepúsculo y el de la luz estaban en completa armonía.

Luego de recibirlo, la reina le explicó que, a pesar de que el reino estaba a salvo momentáneamente, temía por lo que podría pasar en el futuro. Acto seguido, le mostró un libro con la historia de Hyrule. En sus páginas, narraba cómo desde que las diosas descendieron ha habido luz y oscuridad.

Aunque nombraba a un gran número de enemigos terribles, también mencionaba dos nombres, que se repetían constantemente: Zelda y Link. El héroe la tranquilizó con un beso, asegurando que no importa lo que ocurra en el futuro, siempre habría una Zelda y un Link para defender el reino.

Al parecer, su tranquilidad no era el único motivo por el que lo había llamado. Ella quería darle un obsequio para agradecerle lo mucho que había hecho. Link no podía creerlo. Zelda se había despojado de su vestido real y estaba ofreciendo su cuerpo para saldar su deuda. La chica preguntó si le parecía bonita, y si estaba conforme con ese obsequio. Link no pudo negarse ante sus dulces palabras.

Ya en la habitación real, la pareja se encontraba en la cama. La princesa se había subido sobre el héroe, mientras besaba sus labios tiernamente. Luego de que Link acariciara suavemente sus pezones, Zelda se subió sobre el pene del héroe, dispuesta a demostrar su amor por él.

A pesar de ser virgen, la Reina fue valiente y comenzó a insertar el pene del héroe lentamente en su coño apretado. La mujer lo manejó muy bien a pesar del dolor, devorando la polla de su amado hasta la base. Era una sensación indescriptible, como si las diosas los estuvieran bendiciendo.

Link no pudo evitar preguntarle por qué entre tantos valerosos guerreros lo había escogido a él, a lo que Zelda respondió que él había estado protegiendo a su aldea, a su gente y a ella durante siglos. Pero el motivo principal es que se había enamorado de él.

Los movimientos de cadera de la reina hicieron que se viniera rápidamente, dejando salir sus jugos del amor sobre su amado. Aunque aún no habían terminado. Link la acomodó mejor e insertó su pene desde atrás, habiendo ganado más confianza. La pareja continuó gritando al viento su amor, mientras se daban amor el uno al otro.

El héroe no tardó en correrse, llenando el útero de su amada de la semilla que traería un nuevo héroe. La princesa estaba contenta. No dejaba de tocar su barriga, asegurando que pronto tendría un niño, el niño de Link y ella. Mientras tanto, sus antepasados miraban desde la ventana, preguntándose por qué no siguieron su ejemplo.

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