Tracer despierta de su inconsciencia, está confundida de dónde está o qué pasó. Lo primero que nota es la mordida de una araña en su pierna, que la hace darse cuenta de que estaba atada. La responsable de esto aparece, era Widowmaker que se acerca provocativamente, diciendo que la secuestró para hacer que se uniera a Talón.

Obviamente, Tracer se niega. Widowmaker solo se burla, recuerda la manera en que los miembros de Talón la secuestraron y la follaron en todos sus agujeros, cómo la llenaron con su semen hasta que no podía más, más que murmurar el nombre de su amado Gerard. Con esto en mente, hace hincapié en lo persuasivos que son los métodos de Talón.

La mujer le da una última oportunidad para unirse voluntariamente, pero ella sigue reacia. Widowmaker no espera más y empieza a besar a su prisionera, utilizando la lengua de forma habilidosa, creando un hilo de saliva entre ambas al separarse.

Widowmaker continua toqueteando a Tracer, apretando sus tetas a través de su ropa, y luego bajando hasta sus piernas para hacer un orificio en su entrepierna. Un orificio por el que mete su lengua para hacerle un oral.

La agente de Overwatch le pide que se detenga, pero Widowmaker es más que consciente por sus gemidos que lo estaba disfrutando, así que continúa rompiendo su ropa para liberar sus senos y lamer sus pezones. Luego tira a su prisionera al piso para sentarse sobre su cara, obligándole a darle una mamada.

La chica pelimarron se muestra negativa, pero Widowmaker empuja su cara dentro de su vagina hasta que no le queda de otra que chupar y lamer para salir. Cuando se viene, logra que la agente de Overwatch saboree sus fluidos sin derramar una gota.

A pesar de esto, no se muestra satisfecha, marcando su expresión de lujuria. La mujer aún tenía un arma secreta que Talón le implantó cuando se unió, Tracer entonces mira en shock como Widowmaker sacaba un pene gigante de dentro de su vagina.

La pelocorto no tiene tiempo de asimilar, cuando Widowmaker pone su pene en su cara, y la obliga a darle placer con sus tetas. El tamaño de su miembro era tal que cuando obligó a Tracer a hacerle un oral, terminó por tirar sus queridos visores.

Después de unos segundos, Widowmaker logró venirse por una segunda vez en la boca de Tracer. Solo que esta vez le llenó toda su boca con su semén, hasta hacerla lagrimear. Tal era la cantidad que incluso fue capaz de cubrir su cuerpo entero con su esperma.