Heather disfruta de dominar y humillar a los hombres que se folla. Sabe que tiene un gran culo y que es lo suficientemente hermosa como para salirse siempre con la suya. Está consciente de sus atributos, y no dudo en usarlos a su favor cuando debe.

Por eso cuando vio a dos grandes negros observándola en el camerino, no pudo evitar ponerse muy caliente al jugar un poco con ellos. Ella se quitó la toalla y empezó a jugar con su coño, tocándose como sabía que ellos querían tocarla.

Su coño rápidamente se puso tan mojado que chorreaba como si fuese una cascada. No podía esperar más a sentir esas dos pollas en su interior. Los hombres se tocaban fuertemente mientras la observaban y eso la ponía aún más cachonda. No quería que se turnaran, quería a los dos penetrandola al mismo tiempo.

Por eso les ordenó que la follaran al mismo tiempo; uno por el culo y el otro por el coño. Quería saber lo que se sentía tener sus dos agujeros ocupados y siendo llenados de semen. Ambos hombres se acercaron y frotaron sus pollas en el culo de Heather.

Ella les hablaba duro, ordenandoles que no perdieran más el tiempo y la follaran como nunca. Ambos, obedientes, comenzaron a follarle sus dos agujeros salvajemente. Heather se dio cuenta que eran demasiado grandes para sus agujeros apretados, pero el dolor era tan placentero. Ahora podría sentir todos sus agujeros siendo llenados de leche por dos enormes pollas negras.