De regreso a su casa, una mujer de pelos marrones y grandes tetas se quejaba con su amiga como su roomate las había ignorado antes. La chica de gafas y ropa diminuta, Seyger, la excusa diciendo que era comprensible que Mons lo hiciera, teniendo a un hombre tan guapo como aquel interesado.

En esto, ambas comienzan a hablar de la popularidad de Mons con los chicos. La pelimarrón, recordando con más amargura como no puede dormir en las noches por culpa de los gemidos de la pelirroja, que siempre se buscaba a sus estudiantes para que la follaran fuerte hasta que no pudiera más.

Ambas siguen platicando hasta llegar a su casa, donde Seyger empieza a pulir con vigor su trofeo de campeona mundial. Ella se burla por su actitud, aunque su amiga se defiende diciendo que se gastó su culo para conseguirlo. Esto no era una expresión, sino algo totalmente literal.

Ante la curiosidad de la pelimarrón, Seyger empieza a contar su historia. Todo comenzó un día cuando empezó su fascinación por los videojuegos, coqueta y caliente por unas series que vió, comenzó a masturbarse frente al computador, masajeando sus tetas y jugueteando con sus pezones, terminó metiéndose en un videojuego sin querer.

A partir de allí encontró su pasión, y viajaría hasta Italia para competir en el Torneo Mundial. Aunque estaba emocionada, esto no duraría mucho cuando conoció a Rowen, su rival, que le presumía su estatus de sub-campeón mundial sin saber quién era ella. Seyger decide devolverle la burla, revelando que ella tenía la Suite del hotel que él tanto buscaba.

La chica no revela cómo consiguió, pero un recuerdo asalta su mente. Vestida como una gata sensual, Seyger estaba en un computador, pidiéndo a un hombre que le de un asiento a primera clase para ir a Italia, cuando él acepta, le pide que le de una suite presidencial en el hotel.

El hombre duda, así que Seyger “inocentemente” le da la espalda y abre sus piernas, para empezar a juguetear con su vagina a través de su ropa. El hombre termina cediendo, lo que emociona a Seyger, prometiéndole una noche romántica en aquella habitación.

Rowen estaba furioso por la situación, pero antes de armar una escena, llega Jane, su compañera, que le pide que se calme. La pelirroja se muestra más simpática, pero igual promete acabar con Seyger y su equipo, haciendo enfurecer a la gamer, gritándole hasta que la perdió de vista.

Las chicas van a su suite para descansar, aunque Seyger no se queda mucho ya que se desnuda para ponerse su sensual bikini de una pieza e ir a la piscina. Allí, se encuentra con Rowen y el resto de su equipo. Ambos platican con naturalidad, hasta que una pelota la hunde en el mar.

Seyger estaba bien, pero bajo el agua nota los notables bultos de sus rivales, así que decide hacerse la desmayada, provocando que los chicos se preocuparan por ella. Rowen hace que la lleven a su habitación para descansar, colocándola en la cama de Jane. Seyger estaba emocionada porque podría hacer su plan.