Podía sentirlo. Su aroma, sus gemidos, su tacto caliente. Ella había invadido su mente, y cada noche podía verla, como si estuviera con él. Montándolo, frotando su estrecha vagina con su pene, provocándolo. Desafortunadamente, el profesor Dann debía despertar y darse cuenta que todo era un sueño, que lo dejaba con una inmensa erección que debía quitar con agua fría.

Al ir a clases se encuentra con la mujer de sus sueños, su estudiante Bianca. A veces, él solía pedirle que pasará al pizarrón, solo para ver cómo se levantaba su pequeña falda, y exponía, casi para él personalmente, sus bragas blancas ensenado su vagina.

Ese día en especial, Bianca se le acercó para pedirle tutoría personal, ya que no le había ido del todo bien en su clase. El profesor Dann acepta, notando cómo descubria parte de su pecho al inclinarse en aceptación. Comprendía que no estaba haciendo nada malo, pues incluso ayudaba a otro alumno, Mikk, en sus clases de español, pero moralmente se preguntaba si no haría nada indecente.

Cuando Bianca se presentó, Mikk se iba de sus clases de ese día. Unos segundos con ella bastaron para que el adolescente tuviera una dura erección, con la que tuvo que irse. El profesor Dann lo comprendía totalmente: piel suave, labios grandes y sensuales, piernas grandes, y una camisa que dejaba al descubierto su ombligo y parte de sus tetas grandes. Bianca era la fantasía de cualquier mujer.

Incluso a él le costaba concentrarse en la tutoría, teniéndola tan cerca, imaginando como chuparía su polla, o como podría masturbarse por él, hasta pensando en simplemente bajar a la mesa y chupar su vagina en ese mismo instante. Estos pensamientos invadian al profesor Dann, pero debía hacer lo posible por controlarse.

Afortunadamente, logró terminar la sesión sin tener una erección en frente de Bianca, quien volvería al día siguiente para la tutoría. Parecía el inicio de su pesadilla, pero debía lidiar con un problema a la vez, por lo que decide ir a buscar compañía en uno de los bares.

Varias chicas se acercan a su auto, descubriendo sus pechos, o levantando sus faldas, él elige a la mujer de pelo rojo y piel palida que le recuerda a su alumna. Esa noche, profesor Dann folla a la prostituta con fuerza, mordisqueando sus pezones mientras la penetra, y no puede evitar pensar en que Bianca era esa mujer, rogando por ser follada.

La prostituta incluso dice que le permitirá seguir follándola, y cobrarle por una vez, para disfrutar de su polla. El profesor Dann hace eso, y la levanta de las piernas para enterrar su polla profundo, luego la pone a 4 para terminar cogiéndola por el culo hasta llenarla con su semen caliente, y juguetear con sus dedos en ella.

Ambos pasaron horas follando hasta el cansancio. La prostituta le pidió que la llamará en otra ocasión, lo que el profesor Dann acepta con indiferencia, ya que seguía con sus pensamientos dedicados a Bianca.