Chrysalis no podía creer que acepto estar desnuda ante alguien más, o eso era lo que decía porque su Amo era más que consciente lo mucho que le encantaba ser una mera mascota, por lo que le ordena ponerse de rodillas y con su larga lengua hacerle un profundo oral a su inmensa polla de caballo.

La chica lo hace, sintiendo como su boca era penetrada, hasta que finalmente acaban dentro de ella, y como una buena niña, da gracias por la comida. Aunque la Princesa Luna no estaba tan satisfecha por esto, ella podía ser tan buena mascota como Chrysalis y podía demostrarlo.

Así que, Luna se presenta con su cuerpo desnudo ante el hombre, quien le ordena que se arrodille para enseñarle su gran culo. Ella está nerviosa, pero su Amo le deja en claro que no podía quejarse de nada si quería ser buena.

Con la advertencia en el aire, su Amo comienza a follar su vagina mientras azota su culo, sacándolo sonoros gemidos. Lejos de quejarse, Luna recibía la follada con gusto, declarando lo mucho que le gustaba la gorda polla de su maestro, hasta que éste se termina corriendo dentro de ella, como recompensa de su buen trabajo.

Si el hombre se follo a Luna y Chrysalis, era de esperarse que Celestia también quisiera probar su valor. La reina de los ponis, presumió sus inmensas tetas para demostrar que ella también tenía valor.

Su Amo no duda en alabar lo hermosa que era, y el buen uso que le daría a esas bellas tetas, utilizándolas para frotar su gigante polla, mientras Celestia le daba un oral. Su Amo sabía que era la mejor de las mascotas, una adicta a su polla, por lo que la iba a recompensar con su comida favorita: una carga caliente de semen en su boca. Celestia no dejó caer ni una sola gota, como una buena chica.

Hasta el Rey Sombra fue transformado en una mujer, como una especie de castigo por no obedecer al “Amo”. Ella seguía intentando descifrar la razón de su transformación, lo que hizo que no notará la “Caja de Castigo” en el piso, de la cual empezaron a surgir viscosos tentáculos que atraparon sus extremidades.

La Reina Sombra estaba confundida, apenas comprendiendo lo que sucedía, cuando los tentáculos empezaron a introducirse en su vagina, su culo y su boca al mismo tiempo. Repetidamente la penetraba como inmensas pollas, hasta llenarla con su semen.

Ese no era un castigo, era un regalo del cielo. Aunque Celestia le aparece para aclararle que eso sería lo que recibiría por faltar el respeto al amo, y por haber botado la esperma de los tentáculos, ahora iban a darle el doble de comida. Un destino que la Reina Sombra no sabía si temía o ansiaba.