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Hombre hacía sus compras tranquilamente cuando la empleada le pregunta si pagaría con tarjeta o esperma, lo que lo hizo sorprenderse, lo que la empleada entendió como que pagaría por esperma e inmediatamente sacó la verga del señor para chuparsela. El hombre estaba confundido pero la chica seguía chupando y las personas a su alrededor parecían familiarizadas.
Un hombre en la fila le pidió que se diera prisa y la empleada le puso más empeño a su trabajo, así que subió a la caja para abrir sus piernas y déjalo tocar sus senos lo que hizo que el hombre se corriera al instante, sacando tanto semen que dejó a la chica completamente empapada. Mientras iba saliendo escucho a una empleada quejarse del poco semen que dejaba el otro hombre y que no podía pagar con tan poco.
Desde que el hombre había decidido ser un Hikikomori las cosas habían cambiado mucho, los hombres habían perdido las ganas de luchar y el país decidió imponer una ley de transacción de esperma para poder recolectarlo y no terminar desapareciendo. El hombre había leído esa noticia en internet pero no sabía que era cierto hasta ese momento.
Por supuesto el hombre estaba emocionado por ese suceso así que empezó a pedir todo tipo de domicilios sin importar de que se tratase. Las mujeres entraron a la casa y el hombre se sentó completamente desnudo y les indicó que pagaría con espermas, las mujeres estaban desesperadas por recibir su pago y peleaban para ser las primeras en coger.
Lo que ellas no sabían es que tenía para todas. El hombre jugó con cada una de ellas, lamiendo sus pechos, follando sus bocas, y penetrandolas tan profundo como podía, cada una de ellas esperaba su turno con desesperación. Todas y cada una tuvo su turno de ser follada y empezaron a jugar entre ellas.
El hombre llegó una y otra vez dentro de cada chica y al finalizar todas empezaron a recolectar el esperma. Todas quedaron maravilladas con el hombre y le pedían que volviera a comprar una próxima vez. Después de eso el hombre siguió haciendo de las suyas, yendo a comer, en transportes y cualquier lugar en el que necesitará pagar.
Un día decidió ir a las tiendas de mayor lujo y pidió uno de los relojes más caros, para luego sacar una tarjeta dorada, la cual indicaba que su esperma era uno de los de mejor calidad tanto en sabor como en cantidad. La empleada está sorprendida e inmediatamente lo paso a una sala especial para atender a sus clientes.
Tres chicas fueron asignadas para extraer el esperma, las chicas le ayudaron a quitarse la ropa y empezaron a complacerlo con sus boca. El hombre las lamió de pies a cabeza llenandolas por completo de fluidos, se las fué follando a cada una por separado hasta llegar dentro de ellas.
Cuando tocó el turno de la última estaba asustada y le dijo que si estaba cansado podía pagar el resto en una próxima ocasión pero el hombre quería hacerlo en ese momento. Así que la tomó y empezó a follarla tan duro que la mujer no pudo evitar gemir. Al terminar con ella volvió a cogerse a las otras dos y luego a las tres juntas, dejándolas llenas de leche de pies a cabeza.
Al terminar las tres mujeres se despidieron con gran respeto e interés hacia el hombre, había dejado tanto semen que pudo comprarse más de un reloj. Luego de allí fue hasta un restaurante donde al llegar entregó su tarjeta para seguir disfrutando.
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