Un grupo de hombres habían capturado a Lucy y la tenían como prisionera, cuya transformación era muy sugerente. Se divirtieron masajeando sus enormes tetas, las cuales eran increíblemente suaves y firmes. A pesar de las súplicas de la maga, ellos planeaban satisfacer sus deseos con su lascivo cuerpo, por lo que empezaron a desnudarla por completo.

Los tipos no perdieron el tiempo y comenzaron a chupar sus tetas. Los agresivos movimientos de sus lenguas empezaron a estimular sus pezones, los cuales se pusieron duros al cabo de un rato. A pesar de que lo odiaba, ella se estaba excitando mucho.

Los chicos se estaban excitando también y mientras la sujetaban entre todos, uno de ellos se dispuso a explorar su coño de vaca. Mientras más acariciaba su clítoris y metía sus dedos en la vagina de Lucy, más desbordaba de sus cálidos jugos.

Mientras Lucy se resistía, el hombre metió su polla en su coño húmedo. Pretendía follarla y darle todo lo que tenía hasta llenar su útero de semen. El agujero de Lucy aceptó la polla del desconocido, a medida que este la empujaba hasta penetrar su cérvix.

El extraño continuaba empujando su polla hasta que el coño de Lucy se amoldara a su forma. Mientras tanto, ella exprimía al desconocido con su coño, sin saber si resistirse o dejarse llevar. Había comenzado gemir descontroladamente y chorrear fluidos hasta desbordar. El hombre tapó su boca con un beso mientras empujaba su pene hasta el fondo.

El hombre acabó corriéndose dentro, llenando su coño hasta que este no pudo contener tanto semen. Lucy se había vuelto obediente, por lo que comenzó a lamer las pollas por propia voluntad. Mientras tanto, otro tipo usó sus enormes tetas para masturbarse. Lucy terminó tragándose los chorros de semen de los desconocidos.

Otro hombre la colocó en posición de perrito y embistió su coño ferozmente. Estaba tan excitado que se retorcía dentro de ella, frotando todos sus puntos débiles. Entre gemidos, Lucy experimentó un fuerte orgasmo que la hizo correrse, mientras que él llenaba lo profundo de su útero de semen caliente con el propósito de embarazarla.

Lucy les entregó su coño a los desconocidos, mientras devoraba cada una de sus pollas. Les suplicó que la follaran más duro, que se corrieran dentro y llenaran su útero de leche. Un hombre metió su polla en su coño mientras otro lo hizo en su culo, todo esto mientras su coño seguía escupiendo semen caliente.

Aunque no quería que se la metieran por detrás, los hombres la embistieron ferozmente con sus pollas. Lucy sentía que se iba a romper, mientras que las pollas se peleaban por un lugar en sus entrañas. Lucy comenzó a apretar ambos penes tratando de exprimirlos con sus agujeros. A Lucy le encantaba que la follaran por el culo como animales.

Ya no podía contener sus gemidos, mientras se corría. Los hombres también se vinieron, llenando sus entrañas de jugo de bebés fresco. Pero, aunque de sus agujeros chorreaban cataratas blancas, ella seguía sin estar satisfecha. Otros dos tomaron su turno y aprovecharon sus agujeros hasta correrse por completo.

Una hora después, habiendo ganado incontables rondas y con sus agujeros repletos de leche, Lucy continuaba pidiendo semen; rogando que agitaran sus agujeros con sus pollas. Para su sorpresa, no quedaba nadie en pie para satisfacerla. La mujer había salido victoriosa contra todas sus pollas.