Inicia el combate entre Nam y Ranfan. Desde que el moreno fue capaz de evadir su golpe sin problema. Sabiendo los límites a los que debe llegar, Ranfan se quita su camisa y luego su pantalón, exponiendo sus grandes tetas y su vagina estrecha.

Al verla, Nam queda estupefacto, todo el público queda babeando, e incluso Bulma se sonroja. La mujer se acerca con malicia y, segura que lo tiene en su mano, vuelve a atacar. Nuevamente, Nam la evade, y se pone detrás de ella, esta vez para tomar sus grandes senos y apretarlos.

El hombre estaba enojado, así que abre las piernas de Ranfan para que todos vean su vagina totalmente descubierta. Por burlarse de los hombres y sus sentimientos, aprovechándose de su sexualidad, Nam la iba a castigar, por lo que saca su dura polla y la obliga a mamarla.

Un movimiento que pronto se vuelve en su contra, cuando con gran maestría la mujer le da una garganta profunda que casi lo hace acabar. Él no iba a dejarse vencer tan fácil, por lo que tira al piso y sin dilatación entierra su miembro en ella, haciéndola soltar un sonoro gemido.

Ella quedó sometida ante Nam, tenía sus brazos sujetos, profundizando sus penetraciones, haciendo rebotar sus enormes pechos ante cada estocada. Pero incluso así, ella le rogaba que no parara, quería que le diera más duro.

Por lo cual, la levantó por las piernas y siguió cogiéndola de pie hasta que finalmente se vino, llenando su vagina con su semén hasta chorrear. Parecía que había ganado, pero hacer esto provocó que quedará deshidratado y se desmayará.

Gracias a sus habilidades sexuales, Ranfan había ganado y el público, especialmente el maestro Roshi, la vitoreaba. Mientras, en la Villa de Nam todos se preguntan si su héroe podrá volver con agua para ellos.