La Dulce Princesa le da premio a Shoko como recompensa por ayudarla, esta piensa que se trata del amuleto que anda buscando, pero se trata de un brazo robótico que puede usar como prótesis. La princesa le pide su opinión sobre el regalo, así como también le indica que puede quedarse en su reino cuanto tiempo desee.

Shoko le agradece por el regalo ya que le gustó mucho, pero al parecer tiene otros planes, así que se dirige a la guarida de los Chicos del Baño. El jefe de esta banda está realmente molesto, debido a que no cumplió con la tarea de capturar el amuleto de la Dulce Princesa. En vez de hacerse con este preciado objeto, Shoko estuvo viviendo cómodamente en ese reino sin cumplir con su deber como ladrona.

Por lo tanto, el molesto jefe les ordena a sus seguidores que la aprisionen, al mismo tiempo que les indica que deben de buscar un asesino que robe el amuleto y acabe con la vida de la princesa. Estas palabras alarman a Shoko, quien pide una segunda oportunidad para hacerse con el amuleto esta vez, debido a que anteriormente no pudo lograr con su cometido por no tener suficiente tiempo.

El jefe de los Chicos del Baño busca una razón por la cual debería de darle una segunda oportunidad a Shoko, y se fija en su cuerpo. Ordenándole a sus seguidores que la suelten y los dejen solos, el jefe desata a Shokopero antes de que esta se vaya es sujetada por el pelo.

Este le dice que nunca ha tenido problemas con sus asuntos privados, pero ahora mismo no puede conseguir a alguien con un buen cuerpo como ella. Recordándole que se trata de su última oportunidad, el jefe quita su toalla de baño y le muestra su inmensa polla, este le ordena a Shoko que la sujete y la sacuda al mismo tiempo de darle instrucciones para que sea mucho más placentero.

Como solo tiene una mano, el jefe compensará esto utilizando la boca de la ladrona, pero quiere aún más, por lo que sujeta su cabeza para adentrarse en lo profundo de su garganta. A pesar de su gran tamaño, la enorme polla del jefe de los Chicos del Baño se encuentra penetrando la garganta de Shoko, cada vez a una velocidad mayor.

Sin poder aguantarse más, el jefe se corre exageradamente en la boca de la ladrona, la corrida fue tal que varios chorros de su semen salieron disparados. Sin embargo, el jefe no le ordena que trague lo demás para no desperdiciarlo.

A pesar de haber disfrutado mucho del sexo oral, no será lo suficiente para calmar su gran polla, por lo tanto, el jefe le ordena a Shoko que se desvista. Aunque ella no quiere hacerlo, no tiene más opción, poco a poco le muestra su cuerpo que le resulta bastante sensual al jefe de la banda.

Este la acuesta en su cama y quita sus bragas para ver su coño húmedo al abrir sus piernas, su cuerpo es mucho mejor de lo que él imaginaba, por lo tanto, se tomará su tiempo disfrutando de cada rincón.