Cronicas de Valery 2 – Croc

Albert regresa a casa sintiéndose muy bien por lo ocurrido con la milf de la farmacia, definitivamente no esperaba poder follársela. Sin embargo se ha hecho muy tarde, y espera que su mamá no esté tan molesta. A ella no le gusta que él llegue tan tarde a casa, pero ya está cansado de que siga tratándolo como si fuese un niño pequeño. Cuando entra a casa, la encuentra totalmente silenciosa, y sin señales de su madre por ninguna parte.

Deja el encargo en la mesita de abajo y sube las escaleras para buscar a su madre, cuando se asoma en su habitación la encuentra durmiendo boca abajo. Su ropa diminuta deja al descubierto su enorme trasero, que deja su coño gordito apretado. Él se acerca, preguntándose internamente por qué su madre tiene que usar ropa así y exhibir su trasero. La vista es muy buena, así que no puede resistirse a tomarle una foto para guardar la vista para luego.

Pero la foto no es suficiente, él necesita sentirlo con sus propias manos. Solo que tiene miedo de tocarlo y que ella despierte, porque entonces se metería en serios problemas. Cuando ya no puede soportarlo más, estira su mano lentamente hasta tocar su suave y firme trasero. De solo tocarlo toda la calentura sube por su cuerpo y no puede resistirse a tocarse allí mismo.

Rápidamente se corre, derramando un gran charco de semen en el suelo. Está por levantarse a limpiarlo cuando justamente su madre se despierta somnolienta, preguntándole a qué hora ha llegado a casa. Ella le pregunta si ya cenó, y él dice que acaba de llegar a casa, entonces ella sonriente le dice que pronto le preparará algo rico para cenar. Ella se baja de la cama y pisa el charco de semen, Albert corre diciéndole que la esperará afuera. Su madre se cuestiona qué será lo que ha pisado, sin saber si se trata de una crema que ha tirado, aunque es un líquido muy pegajoso.

Mientras tanto, Valery regresa a su casa derrotada por la compra de su cena. No puede creer que todo sea tan costoso, si le toca volver a salir a comer no podrá siquiera pagar el alquiler de su piso. Llega a la conclusión de que debe quedarse y comer en casa para ahorrar más. Sin embargo, cuando entra a casa se encuentra con que no tiene luz.

Le toca la puerta a sus vecinos para preguntarles si saben algo de su falla eléctrica, pero le abre la puerta un adolescente grosero que va a llamar a su madre. La mujer le explica que ese departamento siempre ha tenido problemas con la luz y por eso los anteriores inquilinos se mudaron. Valery no puede creer que su casera no haya solucionado ese problema, y se va completamente indignada después de agradecer a la vecina por contarle.

La madre cierra la puerta y vuelve con su hijo a continuar lo que estaban haciendo antes de ser interrumpidos por Valery. Ellos tienen una relación muy especial, ya que a la madre le gusta cómo se la folla su hijo; tiene mucha energía y la hace gozar como nunca. Desde que su padre los abandonó, el chico prometió que cuidaría muy bien de ella, y por eso se esfuerza por darle todo el placer que merece.

Él le come el coño y le dice que es la única mujer en la que puede fijarse, ni se inmuta en mirar a Valery porque solo tiene ojos para su madre. Y ella se siente muy agradecida por el buen hijo que tiene, así que demuestra su cariño chupando su polla. Aún así, le hace prometer que si conoce a alguna chica que le guste, la invitará a salir sin pensar en ella. El chico insiste en que no quiere hacer eso, pero su madre le dice que si lo promete su relación nunca cambiará.

Lo termina de convencer diciendo que si a su novia le gustaría jugar con ellos sería aún más divertido, algo que a él le interesa bastante. Pero él le asegura a su madre que jamás se cansará de follarla, y ella se monta en su polla gritando lo mucho que le gusta ser la puta de su hijo. Él le pide que baje la voz, ya que su nueva vecina podría escucharlos. Ella adora su polla y no puede resistirse a dejarse llevar con lo rico que la folla. El chico le pregunta si puede follarla por su vagina, pero ella le dice que no ha comprado condones así que tendrá que conformarse con follarla por el culo.

Valery está en su sofá completamente agobiada y desanimada por todo. Su depósito no cubre la reparación de la luz, así que deberá estar a oscuras por un buen tiempo. Sin embargo, algo logra despejar sus pensamientos, y es que escucha los fuertes gemidos de su vecina. Junta su oreja a la fina pared, sorprendida de que su vecina se esté divirtiendo tanto; ella pensaba que vivía solo con su hijo. Pero al parecer tiene novio, y sí que sabe complacerla.

Se imagina que su novio debe ser un hombre muy viril para estar follándola así de fuerte. Siente mucha envidia, y se muere por tocarse. Comienza a darse placer mientras escucha los estruendosos gemidos de su vecina, definitivamente ella también quiere estar gozando así. Ni se imagina que su vecina en realidad está follando con su hijo.

Al otro lado, el hijo de su vecina le pregunta si realmente quiere tener nietos, ya que se le ha cruzado la descabellada idea de que ella sea abuela y madre a la vez. Ella le dice que ni se le ocurra metérsela por la vagina sin un condón, así que a pesar de sus ganas por hacerlo, el chico le hace caso a su madre. Se conforma con seguir follándola por el culo.

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