Dealing with Morning Wood – Hermit Moth

Una mañana, Dulce Princesa, Finn y Marcy se preparaban para asistir a una reunión importante cuando Dulce Princesa notó que Finn tenía una enorme erección matutina. El chico le dijo que no se preocupara, que desaparecería tan pronto como entrara en la ducha, pero la chica de caramelo le dijo que tenía que estar en su mejor condición para el evento de ese día.

Como no podían darse el lujo de llegar así, ella le aseguró que le ayudaría a calmarla. Como no tenían mucho tiempo, la mujer comenzó a maquillarse, mientras le ofreció su culo a su amante para que liberara algo de estrés y calmara su erección.

La chica le pidió que no se viniera adentro, ya que ya se habían bañado y acabarían perdiendo más tiempo si debían hacerlo de nuevo. Aceptando la oferta de la chica, el joven aventurero metió su polla en el enorme culo de su novia. Su coño estaba tan apretado que sentía que iba a succionarle el alma. El chico continuó embistiendo su enorme culo de chicle.

No parecía con ganas de parar, a medida que metía su pene de aventurero hasta el fondo del coño de su novia. Se estaba agitando tanto que a Dulce Princesa le costaba colocarse el maquillaje correctamente. A pesar de sus quejas, el muchacho continuó meneando sus caderas sin darle importancia. El coño mojado de su novia tenía toda su atención.

Mientras más embestía su polla hasta el fondo, más se podían escuchar los chapoteos, causados por la gran cantidad de jugos vaginales que brotaban del coño de la chica. El dulce coño de la mujer pronto hizo que su novio no pudiera soportarlo más. El agujero estaba tan apretado que había comenzado a exprimir a Finn.

El muchacho no tardó en sentir un escalofrío que le recorrió el cuerpo, a medida que se venía en el interior de su novia. Había llenado por completo su vientre de semen caliente. Tanto, que había comenzado a chorrear por todas partes. Dulce princesa no podía creerlo. Ahora tendrían que perder más tiempo, bañándose ambos y teniendo que maquillarse de nuevo.

No tardaron en meterse nuevamente a la ducha, en donde continuaron teniendo sexo como conejos. A la dulce princesa le costaba calmar el enorme apetito sexual del joven, el cual estaba completamente absorto por el coño de su novia. Se aferraba a su cintura mientras continuaba embistiendo su coño desde adelante. Pronto el chico se corrió dentro de ella, cubriendo todo el piso del baño de su semen. Parece que llegarían tarde una vez más.

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