DxD Subjugation Before Liberation – Palcomix

Un grupo de extranjeros envíados por el Rey Arcano le entregan una ofrenda de paz a Sirzechs en su palacio. Aunque esto parecía un acto de benevolencia, en realidad aquella gema única era un alma rota que transmitía una enfermedad incurable de persona en persona. Su plan era debilitar la Casa Gremory y hacerse ellos con el control mundial.

Rias estaba en su oficina, presentándole a Issei a Asia Argento, su nueva compañera una vez despertó. El humano estaba confundido, no entendía por qué estaba en ese sitio o no recordaba nada. La demonio le revela la verdad: había muerto y ella tuvo que convertirlo en una de sus piezas de ajedrez para salvarlo.

Ahora, Issei era un diablo perteneciente a la Casa Gremory, así que Rias le iba a enseñar las bases de su nuevo oficio. Al día siguiente, los tres van a la casa de Issei, donde su padre recibe a Rias con un beso de lengua, y su padre le aprieta los senos.

Resulta que ellos habían invocado a la mujer para que formara parte de su matrimonio y calentará las cosas en la cama, para indignación del chico. Esa noche, Issei y Asia no durmieron por los gemidos de Rias que era salvajemente cogida por la pareja.

Cuando ambos le pidieron explicación, Rias, únicamente usando sus bragas y exponiendo sus grandes senos, le explica las reglas universales que impiden que los demonios revelen sus contratos con otras personas. Para que los dos se preparen para cumplir los contratos, la pelirroja los iba a hacer pasar por un arduo entrenamiento.

Lo primero era que ambos se desnudaran totalmente. Entonces, con gran vergüenza, Issei y Asia debieron empezar a usar ropa que apenas lo cubrían, así les quitaría la vergüenza de sus cuerpos. A continuación, iban a tener que perder su virginidad.

Así que mientras eran filmados para registrar todos sus movimientos, Issei tuvo que empezar a cogerse la vagina estrecha de Asia, rompiéndola con su venoso miembro hasta que finalmente terminó por llenar con su esperma caliente. Los dos chicos estaban desnudos, humillados y cansados, pero solo era el inicio de su nueva vida como demonios.

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