Este cómic Futanari de incesto nos trae la historia de un Kim preocupada porque le ha crecido una enorme polla. Ella no entiende qué ocurre, pero en cuanto la toca y se da cuenta que es tan real como el resto de su cuerpo, realmente comienza a sentirse bien con el tacto. Su madre abre la puerta preocupada porque la ha escuchado gritar, pero en cuanto se da cuenta de la gran polla que sobresale de su falda de animadora, no puede hacer más que abrir la boca con asombro.

Kim está avergonzada e intenta cubrirse de su madre, pero lo cierto es que ella ya lo ha visto todo. Pronto el susto y la preocupación se quedan de lado, ya que Kimberly cada vez más disfruta el poder tener una polla como esta para disfrutarla. Y es que no puede parar de tocarla y darse placer. Sin importar cuantas veces se toque, sigue derramando grandes cargas de semen y empapando todo a su alrededor.

Su madre tampoco se queda atrás, ya que también comienza a sacarle todo el provecho posible a la nueva polla de su hija. Ann es muy golosa, y en realidad le encanta cuando Kim se corre en su cara y le deja una buena mascarilla facial de leche. Cada vez le excita más esa situación, y su cuerpo no hace más que reaccionar a la calentura que siente. Sus pechos se ensanchan y se sensibilizan al tacto, y ella simplemente quiere que su hija se sienta tan bien y tan saciada como ella.

Por eso Ann le pide a su hija que se acerque para hacerle un buen examen físico; alguna ventaja tenía que haber en tener una madre doctora. Por eso en cuanto Kim se acerca, ella le hace una muy buena paja con sus grandes tetas. Ann no puede creer lo grande que está su hija, ha crecido demasiado, y es evidente que necesita descargar mucha leche para aligerar un poco su cuerpo.

Luego de llenarle la cara de leche a su madre por segunda vez, ambas sienten que es momento de pasar a mayores. Por eso Kim se sube sobre su madre y comienza a follarla muy profundamente, sintiendo lo exquisito que es el interior de su coño. Ann no para de gemir lo bien que se siente el pene enorme de su hija dentro, y es que es tan rico que ya le ha causado una cadena de orgasmos múltiples.

Por su parte, Kim también ha podido tener múltiples orgasmos y correrse infinitas veces dentro del coño de su madre. No puede creer cómo es eso posible, pero su madre le dice que pase lo que pase no deje de follarla como lo está haciendo. Y justo después de eso Kimberly comienza a sentir que está a punto de tener una descarga muy grande. Y no se equivoca, porque se corre tan fuerte que incluso llega a bañar a su madre por completo de semen.

Ann nota que la polla de su hija está creciendo aún más, y no puede evitar sorprenderse con un ligero atisbo de miedo. En ese momento Kimberly observa su creciente polla y le pregunta qué hacen ahora. Su madre la observa con picardía y le dice que solo les queda usarla y disfrutarla. Ann le da la vuelta y comienza a montarla, logrando que su hija enloquezca de placer. Pero ella le dice que no se preocupe, ya que mamá está allí para cuidarla y hacerla sentir bien.