Emilia está cansada de tratar con hombres que no la aprecian y la engañan siempre, y en cada ocasión acaba quejándose con su amigo. Él siempre la escucha y la aconseja, así que ella empieza a pensar que quizá debería darle una oportunidad a él y lo invita a su casa. Nico de camino a verla se debate si realmente ella lo ha invitado para hacer algo, al final ella es bastante guapa para él.

Cuando llega, Emilia lo recibe como usualmente hace y lo invita a su habitación. Nico la ve como ella recoge su ropa pacientemente, y luego le confiesa que lo ha invitado para acostarse con él. Nico no puede creer lo que está pasando, pero Emilia está agradecida por lo bueno que él ha sido con ella.

Emilia se levanta la camiseta  y deja al descubierto sus grandes pechos; tal como siempre lo había imaginado Nicolas. Ella le pide que le muestre la polla, y cuando la ve ya él estaba bastante duro de solo verla. Emilia comienza a chuparle la polla y se la mete entera en la boca, dándole gran placer a su amigo.

Luego se pone en cuatro y le pide que se la meta, él no se lo cree cuando ve su enorme culo al frente. Comienza a frotar su polla en su culo hasta que ella le ruega que se la meta. Finalmente lo hace y se la mete muy fuerte, a ella le gusta sentirse dominada y que le trate duro. Nico le jala el pelo y la empotra como nunca.

Nico la toma por el cuello y se le rompe el coño mientras se la mete. Después la voltea y se la mete en misionario. Viendo como sus tetas rebotan a medida que la embiste. La agarra del cuello y le apretuja las tetas mientras se la mete cada vez más fuerte. Emilia le pide que se la meta cada vez más duro hasta que se corra sobre ella. Acaba exhausta toda llena de leche y empapada con todo el semen de su amigo.