Honolulu estaba en el baño con su jefe, sus respiros calientes combinados con sus gemidos llenaban de lujuria el ambiente. El joven le rogaba que se detuviera, pero ella admite que sentía muchas cosquillas cuando frotaba su espalda con la espalda para limpiarla.

¿Cómo llegaron ahí? Los dos se pusieron a tomar vino en el comedor, cuando el jefe notó que su secretaria se emborrachó, intentó quitarle la botella, pero solo la echó sobre ella por error. Así que, como castigo, Honolulu le exigió que la bañara.

Su jefe intentaba con todas sus fuerzas disimular su vergüenza, pero Honolulu no tenía ningún pudor, volteandose para que también lavará sus grandes tetas. Ella estaba totalmente borracha, y no quería hacerla enojar, así que el hombre aplastó sus manos contra sus pechos, enjabonándose lentamente, apretándolas.

Esto provocó una gran erección en su pantalón que Honolulu, así que se acercó para devolverle el favor, empezando a pajearlo con el jabón. Su jefe le pidió que se detuviera, pero ella no hizo caso, aplastando sus enormes tetas contra su polla, frotando con la excusa de lavarlo, aunque solo consiguió hacer que se corriera en su cara.

Luego de esto, Honolulu no tuvo ninguna inhibición y se montó sobre la polla de su jefe, empezando a montarlo con fuerza, sintiendo como golpeaba su útero, mientras enterraba la cara del chico entre sus tetas. El hombre se dejó caer en la tentación, chupando los pezones de Honolulu mientras apretaba sus tetas, jalandolos.

Finalmente, los dos llegaron a un clímax, con el hombre llenando el útero de su secretaria con su esperma caliente. Horas después, Honolulu despertó en su cama, sintiéndose mareada, notando como su jefe estaba totalmente desnudo junto a ella. Ella solo piensa lo agradecida que está que incluso con su pequeño cuerpo se aseguró de cuidarla, y llevarla a su cama.