Los Simpsons: GYM (Exclusivo ReyComiX)

Luego de considerar que había ganado algo de peso últimamente, Marge decidió ir a probar el nuevo gimnasio de Rainer Wolfcastle. Una vez allí y luego de inscribirse, Marge se encontró con el mismo Rainer en persona, quien estaba llevando a cabo una serie de levantamientos de pesas.

Luego de declararse una gran fanática del actor, el hombre dirigió su atención hacia ella, o más bien, hacia sus senos enormes y caderas anchas, que apenas podía contener dentro de su vestido. Aunque como estaba le sería difícil entrenar, por lo que Rainer le pidió que se pusiera ropa más cómoda para hacer sus ejercicios.

Mientras la mujer hacía sus levantamientos, Rainer la ayudaba a hacer los ejercicios, aunque muy de cerca para el gusto de Marge. La mujer notó que algo andaba mal tan pronto como sintió que algo le rozó el culo y, al asomarse, descubrió el pene erecto del actor.

Aprovechándose de su fama y de la confianza de la incauta mujer, Rainer le pidió que la ayudara a hacer sus ejercicios, para lo cual solo tenía que chupar su polla. Marge accedió al ver maravillada el tamaño del miembro. Sin pensarlo comenzó a lamer su polla con mucha delicadeza, devorando cariñosamente el pene del actor, el cual era más grande que el de su marido.

Para el siguiente ejercicio, el hombre colocó a Marge de espaldas y procedió a meter su polla en su coño, el cual ya estaba chorreando con anticipación. La mujer dudó de si este nuevo ejercicio era realmente parte de la rutina.

Sin darle mucho tiempo para pensar, el hombre continuó empujando su polla hasta lo profundo de su coño, derramando sus jugos con cada puñalada. Rainer sujetó su culo para impulsar su pene por completo, en medio de los constantes gemidos del ama de casa.

Marge aseguró que se estaba sintiendo rara, al experimentar por primera vez un placer que no había alcanzado con su esposo. Los dos acabaron viniéndose, llenando el coño de Marge con una mezcla de jugos de ambos. Sin duda era el mejor sexo que había experimentado en mucho tiempo.

A pesar de que Marge aún estaba sensible por haberse corrido hace unos instantes, Rainer colocó a la mujer en posición de perrito y embutió su pene en su apretado coño una vez más. La ola de placer que experimentó Marge la hizo pensar que su vagina iba a explotar.

Su coño continuaba chorreando líquido sobre la polla de Rainer, mientras la estrujaba como si quisiera exprimir sus jugos. Los gemidos de la mujer resonaban en todo el gimnasio vacío, a medida que cabalgaba la enorme polla del actor.

El hombre acabó corriéndose en su coño, llenándolo de su espeso líquido de bebés hasta que este comenzó a salir por chorros. Una vez llenó su vagina, la mujer le sugirió que probara el otro agujero. Habiendo experimentado tal placer, una cosa era segura: no había vuelta atrás para esta ama de casa.

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