Amatista está muy cachonda y quiere jugar un poco con Perla, pero ella aún se resiste a hacerlo. Sin embargo, Amatista tiene un haz bajo la manga, ella sabe que solo hay una cosa que puede prender a Perla como nunca… su propia imagen.

Perla se sorprende grandemente al verse a sí misma con el coño empapado. Amatista está segura que eso sí le ha puesto cachonda, así que comienza a tocarla y besarla para animarla un poco más. Ella se retuerce del placer al sentir cómo Amatista le pellizca y besa las tetas.

Aunque lo niegue, Perla disfruta de ver a Amatista convertida en su propia imagen. Y disfruta aún más cómo le acaricia el coño suavemente y le mete los dedos. Amatista le estira el hoyo del culo y se da cuenta que ya antes se lo han estirado bastante.

Amatista comienza a ser más ruda y se frota contra el coño de Perla fuertemente. Ella le pide que vaya un poco más suave, pero Amatista quiere tratarla con toda su fuerza. Luego comienza a lamerle el culo para probarlo y meterle la lengua.

Perla enloquece del placer y chorrea mares de fluidos. Su coño pide a gritos que le introduzcan algo, por lo que Amatista le mete los dedos hasta que ambas finalmente se fusionan a través del inmenso placer que sienten.