Rich Bitch 2 – Art Of Jaguar

Alexa iba tarde a la escuela, por haber pasado toda la noche cogiendo con Melvin terminó despertando. Ni siquiera le dio tiempo de sacarle el semen que el hombre dejó en su vagina, y tenía que atender un examen importante.

Cuando llega al portón se da cuenta que estaba cerrado, pero en vez de rendirse, por miedo a lo que la Señora Grumpe le haría, decide intentar pasar por un agujero en la pared. Sin embargo, termina atascada, con la mitad de su cuerpo por fuera.

Unos trabajadores de por ahí notan sus pedidos de ayuda, e intentan empujarla para que salga. Eso no funciona, solo lastiman a Alexa, así que ella les grita lo incompetentes que eran. Esas palabras les hacen dar cuenta a los hombres de quién era ella. Era Alexa Greene, la niña malcriada que los despidió por mero capricho.

Al notar esto, ellos deciden darle una lección a la zorra malcriada y viendo el hermoso culo que tienen, empiezan a toquetearlo y bajarle las bragas. Ella se asusta, así que ellos le dicen que van a lubricar para que pueda pasar con facilidad. La explicación, de hecho, la convence, y deja que el hombre afroamericano empiece a meter los dedos en su vagina y chuparla, empezando a lubricar ella misma.

Sin embargo, en medio del placer, se tira un pedo del nerviosismo. Esto molesta al hombre, así que para calmarla empezará a juguetear con su ano, metiendo el collar de perlas en su interior. Uno a uno, cada bola iba entrando con una facilidad increíble, aumentando los gemidos y excitación de la pelirroja.

Con su vagina ya lubricada, llegó la hora del “evento principal”. Uno de los hombres, Hugo, sacó su inmensa polla oscura y empezó a frotarlo sobre sus nalgas, anticipando lo que se venía. De pronto, enterró su miembro de una estocada, sacándole un inmenso grito a la mujer, mientras iba disfrutando la sensación.

Hugo estaba encantado con el culo blanco de la chica, así que invita a su amigo a cogerla igual. Aunque el hombre prefería partir la concha de la mujer, aunque su gran barriga se interponía. Para solucionarlo, la tomó de las piernas y la giró hacia el frente, así pudo clavar su gorda polla sin problema.

Alexa iba perdiendo la lucidez, ya solo quería seguir sintiendo la polla de los hombres y poco le importaba salir de ahí. Por eso, Hugo no dudó y volvió a follarla por el culo, mientras su gordo amigo seguía destrozando su concha. Todos los agujeros de la chica estaban siendo violados salvajemente, hasta que finalmente se terminaron corriendo dentro.

Una vez terminaron con ella, los trabajadores decidieron irse, no sin antes dejarle un último presente. Escribir en sus nalgas “JUGUETE PÚBLICO” para que cualquiera usara su cuerpo a su antojo.

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